¿Por qué Unión le puso punto final a la racha sin ganar justo ante el rival menos pensado?

Las claves de un triunfo histórico

Los 8 cambios, el flamante sicólogo, el planteo, la convicción y las muy buenas actuaciones de muchos en el mismo partido, constituyen la base del análisis.

Las claves de un triunfo histórico

El saludo del final con gestos de deber cumplido. Correa, Perafán, Cosaro, Limia (festejó alocadamente apenas se escuchó el pitazo final de Pitana) y Bianchi saludan a los hinchas rojiblancos en la Bombonera. Foto: DyN

 

Enrique Cruz (h)

Si Sava hubiera sabido que Brítez era más que Mazacotte o Tarrito Pérez, que Bianchi podía dar más que Avendaño, que Cosaro estaba por encima de Maidana o que el mediocampo que armó en las primeras fechas (Míguez-Sarmiento-Donnet) era menos que Galván-Bruna-Lizio, seguramente hubiese armado el equipo que jugó el domingo en la Bombonera con los tan mentados ocho cambios y no la formación que utilizó desde el arranque del torneo.

Si este equipo que jugó el domingo termina siendo el “titular” y ni Avendaño, Sarmiento, Donnet y compañía vuelven, se podrá inferir que Kudelka y Pumpido estuvieron equivocados en toda una rueda (o un torneo) y que Sava también estuvo equivocado en tres partidos hasta que en la “zaranda” del tablero logró encontrar al “11” más efectivo.

Me resisto a creer que esto sea así y que jugadores de indudable y demostrada capacidad se pueden quedar afuera “para siempre”. Pero también entiendo que una actuación como el domingo merece, cuanto menos, que el técnico mantenga a los mismos que ganaron luego de 26 partidos, excepción hecha, obviamente, de Andrés Franzoia, que llegó a cinco amonestaciones y se quedará afuera.

¿Por qué hubo otra motivación?

A principios de semana, El Litoral dio cuenta de un hecho que no pasa desapercibido en el análisis general: en Unión está trabajando desde hace unos días un sicólogo (Matías Dalla Fontana).

Unión no le ganó a Boca gracias al sicólogo —exclusivamente—, pero en el fútbol la incidencia motivacional es importante. Todos lo reconocen y lo aceptan de esa manera. La buena y mala “vibra” existe en un grupo de jugadores como la hay en cualquier grupo que trabaja. Y se notó —algunos dicen que los minutos previos a la salida al campo de juego fueron de un vestuario que no parecía copado por jugadores que hacía casi 10 meses que no ganaban— que Unión entró a la cancha con una convicción y una fuerza interior muy alta.

Sava es sicólogo también y sabe de qué manera le puede llegar al jugador. Y es posible que estos jugadores, inconscientemente, hayan jugado despojado de presiones y sabiendo que tenían mucho más para ganar que para perder. Por más que pertenecen al mismo plantel, varios de los que estuvieron desde el arranque en la Bombonera no fueron utilizados frecuentemente en la temporada. Lizio debutaba como titular, Brítez jugaba su segundo partido, Cosaro tuvo dos o tres apariciones, Bianchi jugó poco y nada, Galván lo mismo, etcétera.

¿Por qué se jugó tan bien?

Confieso no haber depositado expectativas en este equipo con tamaña cantidad de cambios. Fue algo antinatural y propio de lo que siempre se dice respecto del fútbol en cuanto a su imprevisibilidad y muchas veces falta de lógica.

Un técnico necesita tiempo para armar un equipo; no lo hace de un día para el otro. Sava armó el mejor Unión de esta temporada (en cuanto a rendimiento y resultado adentro de la cancha), en un abrir y cerrar de ojos, con ocho cambios y un par de entrenamientos. ¿Es lógico?, de ninguna forma. Tampoco es natural que esto ocurra. Sava no sabía cuál podía ser la respuesta porque, de esta manera, no hubiese esperado hasta la cuarta fecha ni hubiese perdido el tiempo de la pretemporada.

Unión jugó bien por varios motivos:

* 1) Por el planteo del entrenador.

* 2) Por la interpretación del libreto que hicieron los jugadores.

* 3) Por el rendimiento individual muy alto de todos, algunos inclusive jugando el mejor partido desde que están en el club (Galván, por si acaso vale un ejemplo, y hasta el propio Perafán).

Hubo algo desde lo táctico y estratégico que fue muy claro: Unión tuvo una actitud distinta para salir a apretar más arriba con la defensa. Si a esto se le suma la predisposición de los dos volantes (Galván y Bruna) para presionar y la ayuda que le dieron los delanteros (Franzoia y Lizio fueron amonestados por infracciones que cometieron en el propio terreno de Unión en el afán de marcar rivales), se llega a la conclusión que en ese aspecto hubo un funcionamiento colectivo que dio muchos réditos.

Unión mantuvo esa presión durante casi todo el partido. La única diferencia fue que la recuperación de la pelota se dio en el terreno de Boca durante el primer tiempo y que en el segundo hubo un retroceso —natural también por el adelantamiento y la mejoría que tuvo el rival— y se terminó conteniendo unos 20 ó 30 metros más atrás que en el primero. Pero la presión fue igualmente eficaz.

Un párrafo para el final. La prensa nacional se dedicó durante el día de ayer a resaltar lo mal que jugó Boca y a destacar el hecho de haber perdido contra un equipo que hacía 26 partidos que no ganaba. Pocos se dedicaron a analizar y a valorar lo que hizo Unión. Es cierto que Boca jugó mal, pero también es verdad que Unión jugó muy bien. Y que es muy probable que Boca haya sufrido por todo lo bien que hizo su rival. No fue casualidad que Boca, con Riquelme en cancha, haya jugado un mal partido. Fue causalidad pues justamente se dio ante un Unión encendido, claro, agresivo y contundente, que dejó en medio de su mala campaña una enseñanza sobre cómo se deben jugar los partidos ante un rival cuya camiseta, su cancha, su historia y su hinchada pesan un montón.

 

Las claves de un triunfo histórico

Fausto Montero le hizo honor a la camiseta número 7 y jugó de wing derecho, atacando y controlando la subida de Clemente. ¿Será la misma función que cumplirá ante All Boys? Foto: Matías Nápoli

Si no están dadas las condiciones de seguridad, no vamos a jugar en Santa Fe contra Unión”.

Roberto Bugallo

Presidente de All Boys

Las claves de un triunfo histórico

la foto /// ¿Jara por Franzoia?

Unión quiere la joya

Diego Jara sería el reemplazante de Andrés Franzoia

(cinco amarillas) para recibir el sábado a All Boys en el 15 de Abril. En apariencia, sería la única modificación de Sava, en virtud del gran partido que jugó el equipo en la Bombonera. Pueden volver Avendaño y Barisone, mientras que se recupera Maidana, pero el Colorado mantendría a los otros 10 que jugaron en la cancha de Boca. Foto: Pablo Aguirre