Opinión: OPIN-03

Opinión


Un signo de época: las nuevas tecnologías

Por María Lucila Boero

CAMBIOS VERTIGINOSOS. Las innovaciones tecnológicas en el campo de las comunicaciones avanzan aceleradamente.

Fines del siglo XX, el mundo ha cambiado mucho: estamos inmersos en una sociedad tan compleja como dinámica, que avanza a pasos de gigante, a la par de logros técnicos e innovaciones tecnológicas.

Dichos avances han ido respondiendo a las instancias y exigencias ya presentes en la sociedad desde tiempos remotos. En su momento, la revolución industrial modificó sustancialmente el hacer manual, multiplicando la fuerza humana. De esta particularidad nacieron las fábricas, que permitieron el abaratamiento y la popularización de objetos que antes pertenecían a contados sectores. Estos cambios, que hoy desembocan en el consumismo, se registraron en el área material y física.

Un poco de historia

Luego de una muy lenta evolución de los medios de comunicación en el siglo XIX, se sucedieron cambios notables y vertiginosos en el siguiente.

De tal forma, Samuel Morse logra en 1827 inventar un aparato que emitía y recibía ondas eléctricas a través de un cable: el telégrafo; más adelante, aparece el teléfono. Es la primera vez que la comunicación se libera de apoyos terrestres. Así, pueblos y países vecinos lograron comunicarse rápidamente y sin obstáculos, y comenzó a abrirse un nuevo espacio comunicacional.

En el siglo siguiente, entre 1915 y 1920, se consolidaron dos nuevos medios: el periódico y la radio, que cambiaron la forma de comunicarse hasta esos momentos. Pero no fue hasta 1950, aproximadamente, que se produjo un verdadero y revolucionario cambio con la aparición de la televisión, que conjugó imagen y sonido. Las distancias comenzaron a volverse irrelevantes y lo lejano se hizo inmediato.

En los años siguientes, los avances fueron cada vez más acelerados y se comenzó a hablar de satélites; su puesta en órbita marcó definitivamente a las telecomunicaciones, y se convirtieron para la TV en una especie de trampolín para sus emisiones universales. En la actualidad, sólo tres satélites ubicados estratégicamente logran cubrir toda la información mundial. Ordenadores, chips, discos rígidos, fibra óptica, multimedios, Internet -comunicación en cuestión de segundos, desde y hacia cualquier parte del mundo-, figuran entre los ejes temáticos de este fin de siglo.

Al servicio del hombre

Hoy en día, los avances tecnológicos potencian nuestras capacidades, y es asombroso comprobar que, en centésimas de segundo, una máquina (que quizás cabe en un bolsillo) es capaz de resolver cálculos de alta complejidad.

La noción de "avance tecnológico" fue muy cuestionada desde sus inicios, ya que se dudaba de su identificación con una evolución positiva. Con respecto a este tema, Giovanni Sartori expresa lo siguiente: "En numerosos contextos, la noción de progreso es neutra. Pero con respecto a la progresión de la historia, la noción de progreso es positiva. Para la Ilustración, y aún hoy para nosotros, progreso significa un crecimiento de la civilización, un avance hacia algo mejor, es decir, una mejoría"(*).

Desdibujamiento de fronteras

Este fin de milenio nos encuentra habitando sociedades complejas, centralmente regidas por la lógica del consumo, e inmersas en un proceso "revolucionario" en lo que respecta a nuevas tecnologías comunicacionales y medios masivos de comunicación, principales motores de esta sociedad globalizada.

Producto de esta revolución tecnológica, la información se traslada de un punto a otro del planeta en forma atropellada, casi instantáneamente, haciendo que la relación espacio-tiempo se reduzca a cero.

Desde el living de nuestras casas y cómodamente sentados frente a la pantalla de nuestro monitor, podemos -por ejemplo- saber lo que está pasando en nuestra ciudad con los docentes, cuánto dinero le costará al país elaborar un programa para seguir luchando contra el virus de la aftosa, el estado del tiempo y las condiciones meteorológicas en Malasia,los nuevos acercamientos de palestinos e israelíes en pos de un acuerdo de paz, los lanzamientos y novedades de la empresa de juguetes más famosa del mundo, y el dolor de Rusia ante la tragedia del submarino nuclear "Kursk", como si todo ocurriera en un mismo instante.

Una bomba de información estalla entre nosotros, nos lanza una metralla de imágenes y cambia la forma en que uno percibe y actúa: está transformando nuestra propia psiquis.

Unificación de contenidos

El poder que estos avances detentan y los particulares efectos que su tecnología produce permiten hablar de unificaciones masivas a nivel planetario. De tal forma, es posible hablar de objetos, noticias, imágenes salidas en serie, de los moldes de una "fábrica", pero, de ninguna manera, referirnos a mentalidades configuradas del mismo modo.

Los avances de la tecnología han producido un cambio en el modo de comunicarnos, de relacionarnos, de trasladarnos, han modificado nuestros usos, nuestros hábitos, nuestras costumbres, los parámetros culturales, y hasta podemos hablar de una nueva manera de identificar y resignificar todo lo que es percibido, conocido y vivido a partir de ellos.

Podemos decir que, desde la aparición de los nuevos medios tecnológicos y masivos de comunicación, se ha operado un cambio en el plano individual y colectivo; la vertiginosidad con que han llegado a invadir la intimidad de los hogares y de las personas es asombrosa. Los medios, sin duda, ocupan un lugar importante en la vida de la gente, se incorporan de forma tal que logran producir una suerte de identificación y adhesión, y se adoptan como patrones, modelos, referentes, y hasta se utilizan sus mismos códigos y lenguajes.

En la actualidad, son como heraldos mundiales que informan, entretienen o simplemente distraen las mentes: con la misma rapidez con que se presenta una horrorosa escena de guerra o la hambruna de Bosnia sigue un espectacular desfile de modas en Francia. Es tan rápida la sucesión de imágenes que todo parece acontecer en un mismo momento, tener el mismo valor y el mismo significado, sin contar con el tiempo suficiente como para procesar por completo todo ese aluvión de información.

Sólo un fragmento de la realidad

El fenómeno originado a partir del uso de los mass media es muy complejo. Cabe destacar que toda esta información, en realidad, nos llega mediatizada y condicionada, seleccionada entre otros conocimientos igualmente válidos, pero de menor interés a los ojos de quien selecciona. Son como invisibles cristales de lentes que se interponen entre el hombre y la realidad. Pero quien prepara los cristales los gradúa a su visión; por lo tanto, quien los "usa" percibe en forma limitada el "objeto" que focaliza la atención.

A partir del siglo XX, con la informatización de la sociedad, la presencia del ordenador ha dado lugar a nuevos medios, los cuales se fusionan e interactúan con los tradicionales. Uno de ellos es la Internet; la radio, la televisión, el cine y el video, han tenido que adaptarse a ella e incorporarla a sus servicios y estrategias para no quedar inutilizados. Actualmente, no existe ningún periódico importante que no tenga lugar en la red para complementar su versión en papel. Esta edición digital les permite acceder a cualquier parte del mundo con sus noticias y publicar una mayor cantidad de información, ya que no existen límites físicos; a su vez, ésta necesita responder al interés general de los lectores. Con la televisión está ocurriendo casi lo mismo: la Web TV tiene un futuro cada vez más cercano. Ya es posible ver la programación de algunos canales en la pantalla. La gran ventaja de este tipo de TV es que permite la participación del televidente a través de concursos o charlas con los que hacen el programa que se está viendo, sin necesidad de hablar por teléfono, lo cual rompe con cualquier barrera geográfica.

Por todo lo mencionado anteriormente, se podría manifestar que las nuevas tecnologías se proyectan como el agente de mutación más formidable y de mayor trascendencia que recuerda la historia, y sin duda, el de mayor incidencia.

(*) SARTORI, Giovanni, "Hommo Videns".