Sucesos: SUCE-03

Caso Abeillé: Bravo, el más comprometido

Sería el último que trató con la víctima No tendría antecedentes, pero sospechan de él. ¿Fue quien vendió el utilitario en Córdoba?


A pesar del hermetismo que rodea a la investigación del caso Abeillé, se pudo saber hoy que la situación de uno de los cuatro detenidos -dos son santafesinos y otros tantos cordobeses- es mucho más comprometida de lo que en principio parecía.

Las más graves sospechas recaen sobre Jorge Bravo, un hombre de 38 años de edad, quien paradójicamente no contaba hasta el momento con antecedentes penales. Sin embargo, su azarosa irrupción en la vida de la víctima -aviso clasificado mediante- más los pasos que dio después, a poco que los angustiados familiares de Abeillé denunciaran su desaparición, lo convierten en el malo de la película.

Si bien hasta el momento no se halló rastro alguno del arma homicida y la escena del crimen no aparece, pocos dudan en Rafaela que fue éste hombre quien disparó el gatillo.

Los versiones circulantes permiten imaginar que Bravo atrajo al infortunado Abeillé mostrándose interesado en la compra del vehículo utilitario que había ofrecido en venta a través de las páginas de un diario de la región. Luego, en el lugar de la cita, el volante habría cambiado de manos y ambos habrían salido a "probar" el coche.

El miércoles, la mujer encargada de la limpieza halló vacío el departamento de Abeillé y lo comunicó a sus familiares, quienes advirtieron con alarma, apenas minutos más tarde, que tampoco había concurrido a su lugar de trabajo.

Así las cosas, los propios padres, quienes habían oído hablar de Bravo como de un posible comprador, fueron hasta su casa del barrio Italia y comprobaron entonces que allí era poco menos que un desconocido.

Contra Bravo iría el testimonio de alguien que identificó, como a un hombre de sus características, a quien hizo lavar el vehículo utilitario en una estación cercana a Sunchales.

El coche, como se ha informado, aparecería en Córdoba un día después de conocido el trágico final de esta historia.

Allí habría sido comprado el utilitario por dos de los detenidos a un hombre cuya identidad, podrían revelar una vez que sean llevados ante el juez de la causa.

Bravo aparecería, en principio, como único responsable de lo ocurrido y en esta medida la situación del oficial Retamoso, ex jefe de la alcaidía rafaelina, también preventivamente detenido, no se presentaría ahora tan complicada como en los primeros momentos.

Concluidas las actuaciones policiales los cuatro detenidos, a la brevedad, serían llevados ante el juez instructor, el Dr. Alejandro Mognaschi.