Después de más de tres horas de paro y movilización, los choferes del transporte urbano retomaron sus tareas pasadas las 13 y la ciudad cobró su fisonomía habitual, con los colectivos circulando por sus calles.

Esta mañana la Unión Tranviarios Automotor (UTA) cumplió con su anunciada protesta, que contempló un recorrido por las principales avenidas de Santa Fe -lo que derivó en un caos de tránsito- para confluir con los coches en la explanada de la Municipalidad. Allí, con bombas de estruendo y tambores de fondo, el secretario del gremio, Jorge Kiener, sintetizó los motivos de la protesta, "en defensa del sistema" del transporte por colectivos "y de más de 1.000 puestos de trabajo".

Por su parte, los empresarios hicieron pública una declaración que, con fuertes términos, cuestiona las expresiones del intendente Marcelo Alvarez a un programa de LT 10. El jefe del Ejecutivo anunció que había hablado con empresarios del transporte de Buenos Aires para conocer su interés en prestar el servicio en Santa Fe.

Para los dueños de las empresas locales, las palabras de Alvarez constituyen una "irresponsabilidad política", son "temerarias" y provocaron "una profunda desazón" en el sector.

El Concejo Municipal tendrá tiempo hasta fin de mes para sancionar una ordenanza que establezca el congelamiento del boleto en $ 0,80 por un lapso de 270 días. De esta forma, se abriría un nuevo capítulo de discusiones entre el municipio, los empresarios y la UTA para la solución del conflicto.

La propuesta está plasmada en un proyecto de Darío Boscarol (UCR), y cuenta con el respaldo del bloque justicialista. De aprobarse, los usuarios verían frustrada la prometida rebaja a $ 0,75 el mes que viene y a $ 0,70 en junio.