El argentino Guillermo Cañas, 49 en el ranking mundial, no pudo sortear con éxito los octavos de final de Wimbledon, al caer hoy ante el sueco Thomas Enqvist (10) por 6-3, 6-3 y 6-1 en este campeonato dotado con 12 millones de dólares en premios y puntos para los circuitos ATP y WTA.

Willy inició el partido con mucha convicción y llegó a estar iguales (3-3) durante los primeros seis games disputados en la cancha 3 del All England Club, pero pronto el sueco Enqvist, de 27 años y ganador de 18 títulos del ATP-Tour, supo sacar a relucir su efectivo servicio y buen juego para tomar distancias hasta atrapar el primer capítulo por 6-3. A pesar de la diferencia en el marcador, Cañas no se entregó y conectó tiros interesantes.

En el segundo set, el asunto no varió demasiado. El jugador oriundo de Buenos Aires, de 23 años y vigésimo en la Carrera de Campeones, que lleva acumulados premios por 777.489 dólares, no pudo torcer el rumbo del match, permitiendo que un más tranquillo Enqvist obtuviera el parcial por idéntico score (6-3).

Con ese handicap que concede tener dos sets en el bolsillo, el tenista nativo de Estocolmo, de mayor experiencia que el sudamericano, evidenció su mejor adaptación al esquivo césped wimbledoniano, manejó los hilos conductores de cada game y aprovechó esa ventaja para primero ubicarse 3-1, con un quiebre a su favor. Así, Cañas veía esfumarse el sueño de emular al más grande tenista argentino de todos los tiempos, Guillermo Vilas, quien llegó a los cuartos de final del Open inglés en dos ocasiones.

El desenlace estaba cerca y sólo un milagro podía cambiar el rumbo del mismo. Cañas hizo lo que pudo, salió a jugarse sus últimas cartas pero no le alcanzó. Enqvist lució sólido y convencido de su condición de décimo favorito de esta cita inglesa. De ese modo, se puso 4-1 y 5-1. Ya con su servicio, en poco menos de dos horas de juego, Enqvist selló el partido cuando un drive de su adversario se fue largo (6-1).

Aún en el traspié, lo de Cañas es altamente plausible, a la luz de sus últimas actuaciones, donde en pocos días llegó a la final del campeonato sobre pasto de Hertogenbosch (Holanda), instancia en la que perdió con Lleyton Hewitt, y a los octavos de final de Wimbledon, lo cual merece el mayor de los respetos.

En el sector de las damas, en tanto, hoy la morena estadounidense Serena Williams, quinta favorita, hizo honor a su nombre y venció sin dificultades a la búlgara Magdalena Maleeva, duodécima preclasificada, por 6-2 y 6-1.

Serena pretende imitar a su hermana mayor (Venus), última campeona del torneo sobre la hierba británica.

Por su lado, la belga Kim Clijsters, séptima favorita, superó en sendos tie-breaks a la estadounidense Meghan Shaughnessy (17) por 7-6 (7-2) y 7-6 (7-5).

En una semana de ardua lucha sobre el césped de Wimbledon, un outsider se coló, por derecho legítimo, en los octavos de final de este torneo de Grand Slam, el argentino Guillermo Cañas, un ejemplo de entrega y modestia.

Hacía 22 años que un tenista de su país no llegaba a esta instancia de la prueba. El último en hacerlo fue José Luis Clerc en 1979. Cuando esto ocurrió, Cañas, El Conejo, como acaba de apodarlo un periodista rioplatense, hacía poco más de un año y medio que había nacido en un barrio muy humilde de Buenos Aires.

Wimbledon regala sorpresas a cada paso, como esta dama que se vistió bien a la época, como en aquellos tiempos del nacimiento del torneo femenino, hacia fines del siglo XIX.