Eran las 5.30 de hoy cuando sonó el timbre en el Hogar Atanasia Hernando de Durán. Amelia Aguilar y Gladys Berón, las dos celadoras que estaban de turno, se asomaron a la puerta, extrañadas. Al mirar hacia abajo se encontraron con una sorpresa: un llanto estridente provenía de la bolsa de cartón que había sido depositada en la escalinata principal.

Abrieron con ansiedad el paquete y se encontraron con un bebé recién nacido -de apenas unas horas de vida-, completamente desnudo, envuelto en una toalla y tapado con papeles de diario y algodones.

A esa hora el termómetro registraba 5.9 grados de temperatura. Amelia y Gladys tomaron al bebé y lo acercaron a una estufa. La desesperación por darle calor hizo que ni siquiera se asomaran a las calles aledañas para ver quién había sido el autor del abandono.

"Siempre tenemos de reserva una caja con ropita para los recién nacidos, así que enseguida lo pudieron abrigar", cuenta la directora de Casa Cuna, Norma Ferreyra. No obstante, asegura que no es frecuente encontrarse con este tipo de situaciones.

Lo primero que hicieron las celadoras, después de darle los primeros cuidados, fue llamar a la policía. Con la ayuda del servicio de emergencias médicas y del personal de la comisaría IV, el chiquito fue trasladado al Hospital de Niños.

El varoncito pesa 2.800 kg y mide 48 cm. A las 5.50 ingresó a la guardia. "Para una madrugada de julio, fría como la de hoy, su estado era aceptable", explicó la Dra. Ana María Redondo, Jefa de Guardia del hospital.

No obstante, la profesional aseguró que "en un recién nacido, lo que provoca el frío es algo serio, que podemos llegar a observar en el transcurso de las horas siguientes".

El chiquito tenía el cordón umbilical atado con una gasa. En el hospital le aplicaron vacunas, lo higienizaron y le realizaron la rutina que corresponde en un caso como éste.

Pero la odisea no terminó allí. Ocurre que, desde hace 20 días, la internación en Neonatología del Hospital de Niños está cerrada. Hubo un brote de una enfermedad infecciosa y se decidió la clausura por una cuestión preventiva.

"Por eso decidimos trasladarlo al Hospital Cullen", explicó la Dra. Redondo. El chiquito llegó a su nuevo destino a las 12.15. Allí las enfermeras decidieron llamarlo Francisco. "Le hicimos exámenes y dio todo bien. Es un chico sano, pero hipotérmico, porque no logramos subirle la temperatura. Le falta un grado para llegar al promedio normal", expresó la Dra. Silvina Mendoza, médica de guardia, que recibió al menor.

Actualmente Francisco permanece en una incubadora, con calor. Mientras tanto, las enfermeras esperan que evolucione favorablemente.

En cuanto al trámite judicial que se sigue con el caso, el Dr. Carlos González, a cargo del Juzgado de Menores N° 2, ordenó el sumario de prevención correspondiente.

"Si no aparecen los progenitores, se los citará para hacer valer sus derechos. Y en el caso de que no concurran, se los priva de la patria potestad", explicó.

Una vez que el chiquito esté recuperado, será derivado a un Hogar de Tránsito, hasta que se encamine el proceso de adopción.

Entre los determinantes que se tienen en cuenta, González remarcó el estado de puerperio: "Hay que tener en cuenta el estado emocional en que queda la madre después de haber tenido familia. En ese lapso, de entre 45 y 60 días, se seguirá tratando de ubicar a la mujer para brindarle la posibilidad de recuperarlo".

Según comentó el juez, siempre se privilegia la familia natural. "Hay que tener en cuenta que, en este caso, no se penaliza el abandono; porque quien lo dejó se preocupó de que el bebé fuera recibido en un lugar adecuado", sostuvo el juez.