Esta madrugada, cerca de las 5.30, sonó el timbre en Casa Cuna. Amelia Aguilar y Gladys Berón, las celadoras que estaban de turno, se asomaron por la puerta. Al bajar la mirada, se encontraron con una bolsa de cartón, donde había un chiquito desnudo, envuelto en una toalla y cubierto con papeles de diario y algodones.

La gente de Casa Cuna, junto al personal de la seccional IV de Policía y al servicio de emergencias médicas, trasladaron al pequeño al Hospital de Niños. Luego de brindarle los primeros auxilios, vacunarlo e higienizarlo, se lo derivó al Hospital Cullen, adonde llegó después del mediodía. Allí, las enfermeras ya lo bautizaron: su nombre provisorio es Francisco.

Los médicos que atendieron al bebé aseguran que, si bien su estado de salud es estable, la situación que vivió el chiquito puede ocasionarle problemas en las próximas horas. Sobre todo si se tiene en cuenta el frío que debió sufrir, ya que permaneció durante algunos minutos a la intemperie y sin abrigo. A esa hora de la madrugada, el termómetro marcaba 5.9 grados.

Además, el parto se realizó, según lo que se pudo deducir, en alguna casa particular, sin las condiciones de salubridad e higiene necesarias.

El proceso judicial está ahora en manos del Dr. Carlos González, a cargo del Juzgado de Menores N° 2. (PERSONA Y SOCIEDAD).