Opinión: OPIN-03

Atrapados en el pensamiento único

"En las democracias actuales, cada vez son más los ciudadanos que se sienten atrapados en una especie de doctrina viscosa que, insensiblemente, envuelve cualquier razonamiento rebelde, lo inhibe, lo perturba, lo paraliza y acaba por ahogarlo. Esta doctrina es el pensamiento único, el único autorizado por una invisible y omnipresente policía de la opinión..." Ignacio Ramonet (Le Monde Diplomatique, 1994).


Esta cita tomada de un artículo francés nos describe con brillante simpleza la principal de las causas por las que estamos como hoy estamos.

En la Argentina también estamos atrapados por esta doctrina del pensamiento único, que no sólo pretende convertir el discurso económico liberal en un dogma político, como tristemente lo refleja la claudicación de Fernando de la Rúa, al haber cedido en manos de los mismos responsables de lo que hoy nos sucede la conducción de los destinos económicos del país, apartando del poder real a los sectores que construyeron desde el campo político y social en términos ideológicos la Alianza que lo llevó al poder; sino además, invadir la cultura, la comunicación e incluso la crítica, hasta dibujar no sólo la frontera de las ideas dominantes, sino también la imposibilidad de transgredir los límites.

Como no podía ser de otra manera, algo de eso pasa hoy en nuestra ciudad. Como el transgresor se convierte en alguien pasible de la condena social, quien atente contra las "normas" impuestas por el pensamiento único pone en peligro los "logros" que el modelo y la globalización nos brinda.

Así es que el pensamiento único tiene su mayor capacidad de disciplina en su dominio cultural. Por eso, la cultura del miedo y el chantaje inhibe el pensamiento y hace más mediocre la política domesticando voluntades.

Un debate local adquiere entonces hoy también relevancia en el plano de lo intelectual, por cuanto parece que hay sectores transformados en voceros del pensamiento único que pretenden impedir el pensamiento crítico, que no es otra cosa que la capacidad de pensar, de discernir, de debatir, de cuestionar, como mejor camino para la búsqueda de soluciones y salida a la crisis que sufrimos en todos los planos.

El debate por la Estación Belgrano


La discusión del destino para la Ex Estación del Ferrocarril Belgrano es un buen ejemplo. íQué paradoja! Estamos buscando un nuevo destino para la terminal de un ferrocarril que ya no funciona, cuando en la mayoría de los países desarrollados, que los voceros del pensamiento único nos ponen como ejemplo, es el mayor medio de transporte en cargas y pasajeros. Aunque como en el caso de Aerolíneas, cuando en su momento levantábamos voces para cuestionar los procesos de privatización, también los voceros del pensamiento único nos señalaban como "la máquina de impedir".

Se pretende hacer creer que la única inversión posible para reciclar y mejorar este sector es la que provenga de una de las grandes cadenas comerciales conocidas comúnmente como megamercados. Y esto es una gran mentira, además de un método equivocado para la discusión.

Yo comparto y reivindico la propuesta de los concejales Simoniello, Perticará, Fassino y otros que plantean un método distinto de discusión para el destino de esos inmuebles. Estamos hablando de alrededor de 10 hectáreas que han sido desde que tenemos uso de memoria una barrera infranqueable para barrios de nuestra ciudad que aún hoy están separados. ¿Por qué pensar solamente en un mega proyecto comercial, que como unidad de negocio se convierta en una nueva barrera que divida aún más lo que hoy ya está separado? Si hoy por lo menos se avanzó al liberar determinados pasos o abrir el espacio para nuevos usos, como la ciclovía por ejemplo, ¿por qué limitarse a pensar que no hay otra salida que una enorme construcción para uso comercial, en una zona claramente residencial?

Pero no importa, acá se ha dicho que es la única inversión posible, haciendo números alejados de la realidad; algo fácil de comprobar si se averiguara cuál fue la inversión real de Wall Mart desde que se instaló y cuánto fue lo que había comprometido o anunciado.

Mantener el perfil residencial


La propuesta entonces de poner a la venta buena parte de los terrenos ubicados detrás de la Estación Belgrano -sin afectar las vías ubicadas sobre Vélez Sársfield, que se conservan por su acceso para cargas al puerto-, para ser destinados a un emprendimiento inmobiliario de buen nivel residencial, con todas las flexibilizaciones necesarias en el plano del reglamento de edificación para permitir la construcción de torres con amplios sectores parquizados, pareciera ser desde la óptica urbanística y desde un proyecto de ciudad, el uso y destino más aconsejable para darles a los mismos, integrando barrios hoy separados y manteniendo y mejorando el perfil residencial característico de esa zona. Esta idea es compartida aun por su viabilidad económica por empresarios locales, que estarían dispuestos a invertir y arriesgar en un proyecto de tal naturaleza.

Este proyecto de tipo inmobiliario-residencial, con la venta de buena parte de esos terrenos, debe integrarse con otro proyecto de distintas características para la Estación, que no debe ser vendida, sino concesionada para su uso. Lamentablemente, hoy como ayer, la Municipalidad resigna la posibilidad de formalizar un convenio de compra o transferencia de tal inmueble, pero aún así es posible afrontar su reciclado con un emprendimiento de tipo comercial de uso compartido entre esta explotación y áreas de uso comunitario con participación del municipio en algún sentido. Para esto, puede destinarse no solo el interés que provoque en el posible inversor la explotación comercial, sino además el producido de la venta de los otros terrenos, si fuera necesario, ya que expresamente lo ha señalado el Onabe, no existe un interés recaudatorio en el accionar del mismo, sino en darle el mejor destino posible de acuerdo con la comunidad de cada localidad. A tal punto es así, que el canon previsto en la oferta caída de Jumbo era de sólo $ 10.000 por mes.

En este punto, entonces, el emprendimiento comercial, en lo que refiere a un establecimiento de ventas minoristas, sea súper o hipermercado, debería ser, de incluirse, mucho menor de lo que se está hablando por parte de aquellos que quieren imponernos los criterios del pensamiento único.

Dejamos para otra oportunidad, por cuanto además ya reiteradamente lo hemos señalado, cuáles son desde el punto de vista económico y social, los efectos negativos demostrados aquí y en todo el mundo, de las prácticas abusivas de estas grandes cadenas y por qué somos y seguiremos siendo defensores de nuestros comerciantes, de nuestros industriales, de nuestros productores con la misma fuerza que defendemos nuestros medios de comunicación, nuestros periodistas, la producción local en los medios y cada actividad que permita desarrollar nuestra identidad, nuestra comunidad, nuestras economías regionales, frente a los avances de la concentración económica y cultural que no cesa ni perdona a nadie.

Carlos IparraguirreDiputado de la Nación (UCR)