Persona y Sociedad: PER-01

Una ciudad que viajaba por correo

Flavio Raina. REUNIÓN. Plaza de Mayo, lugar central de encuentros y sociabilidad.

Graciela Hornia presentó la charla La magia de las postales antiguas. Realizó un recorrido por imágenes de la Santa Fe de principios del siglo XX. Fue una reconstrucción etnográfica del espacio urbano y sus identidades.


En los salones de chateau rose de la Alianza Francesa, la Lic. Graciela Hornia desarrolló una exposición oral sobre postales antiguas, que fue ilustrando con una selección de las mismas proyectadas en diapositivas.

Al comenzar, agradeció el espacio que le cedía la Alianza para presentar su trabajo, y dedicó su charla a Orlando Michelasi. Acto seguido se introdujo de lleno en un relato que abordó la postal como objeto cultural en los años de su apogeo -las dos primeras décadas del siglo XX, hasta que el telégrafo y el teléfono las desplazaron, y el correo dejó de brindarle una tarifa bonificada respecto de la carta-.

"Se le atribuye el origen en Austria o en Alemania a mediados del 1800. Es recién a partir de 1900 que se populariza con el avance de las técnicas de impresión. Hasta 1914 se editan millones de postales que rara vez se encuentran repetidas".

Postales, flores y bombones


La postal como breve medio de correspondencia, rápido y eficaz; como medio para obtener autógrafos de personalidades; como objeto de comunicación en el que se privilegia la función fáctica, de verificar que el canal funcione, de decir `estoy aquí y te recuerdo'; cobra tal auge que puede decirse que triunfa frente a las flores y la bombonera.

En este primer panorama, Hornia se refirió a la amplitud temática que cubren las postales: de fantasía, políticas, fotos de estudio, artísticas, paisajísticas. "En su génesis está el goce, la seducción", dice Hornia. Como la filatelia, se considera un objeto de colección, y se coleccionan en álbumes lujosos.

Tras los pasos de la ciudad


A través de la donación y préstamo de las postales particulares de familias santafesinas (Mosset, Mattaloni, Prat), Hornia trazó un recorrido en imágenes a través de la antigua Santa Fe. Es en este sentido, la postal como medio de reconstrucción etnográfica, desde la primer postal santafesina, que pertenece a una serie de 20, realizadas en Venecia y editadas luego por Virgilio Colmegna.

Dedicada a las vistas urbanas, Hornia hilvanó cómo la ciudad se fue construyendo a sí misma a partir del 1900. Pasó por la inundación de 1905, por las obras del puerto en 1922, por la Iglesia del Carmen hecha para la necesidad de culto de los genoveses navegantes, la Plaza España cosmopolita en estilos, la antigua Estación de Ferrocarril Belgrano que hoy es la Estación de Ómnibus.

Abordó aquella Santa Fe de 50.000 habitantes como un espacio en el que se constituyen identidades en función de una cierta arquitectura y disposición de la vida urbana.

Analizó los inicios de la ciudad de trama hispánica que comenzó a erigirse en el Sur; los desplazamientos de los centros de poder: de la vida institucional y política, en torno a la plaza, a la vida comercial, en torno de las calles del centro y del mercado; la disposición de los paseos y plazas para el intercambio de palabras y miradas, la privacidad y la publicidad; la iconicidad de las iglesias y sus torres; la sucesiva importancia de los edificios escolares; la costanera, el boulevard de filiación francesa recorrido por el deseo; en suma, el significado y los valores ideológicos y estéticos que se materializan en la arquitectura. Y para coronar esta enumeración, la mención del emblema más sobresaliente: el puente colgante, referido como la quintaesencia de la postal santafesina.

De este modo, se indagó la puesta en escena citadina, la ciudad como traza simbólica, como lugar de vecinos, de espacios antropológicos que generan apego. Lo contrario a los "no-lugares", expresó Hornia, aludiendo a la categoría del teórico francés Marc Augé que define así espacios transnacionales y de identidades globalizadas o de circulación del anonimato, característicos del siglo XXI.

Miradas del poder


Más adelante, Hornia describió la luz crepuscular que reina en las postales que colabora con el clima romántico inherente al objeto postal. Se refirió a lo que éstas excluyen en cuanto a temáticas -la necrópolis, los conventillos- y organizaciones estéticas que dispone el postalero, y definió esto como "la mirada del poder y lo que desde esta perspectiva se considera digno de ser solemnizado. Son fotos por encargo, para ser cobradas".

Finalmente, enfatizó el valor testimonial de la postal antigua. "No hago historia, hago memoria, para descifrar lo que somos a la luz de lo que no somos", concluyó.

El discurso oral empleado por Hornia, en el que sin leer brinda mucha información, rigurosidad en los datos, análisis profundos y descripciones metafóricas, sin interrupciones, cautivó a la audiencia presente. En algunos tramos estuvo acompañada de música, y a cargo de la sonorización estuvo el Dr. Juan Carlos Bieler.

Ana Aymá

La Lic. Hornia se ha especializado en Fotografía Patrimonial, es miembro del Centro Transdisciplinario de Investigaciones de Estética y ha sido profesora e investigadora de la Universidad Católica de Santa Fe. Es actualmente directora y profesora de la Escuela Alem. Tiene publicaciones sobre fotografía histórica y contemporánea y ha sido becaria del Fondo Nacional de las Artes.