Deportes: DEPO-12

Venus se llevó la copa, el apellido los aplausos

Primera final de un Grand Slam entre las hermanas Williams. Por primera vez en la historia hubo una final de Grand Slam entre jugadoras de raza negra. Y de paso fue la segunda vez que dos hermanas luchan por un título de los grandes.


La estadounidense Venus Williams se convirtió ayer en campeona del Abierto de los Estados Unidos por segundo año consecutivo al derrotar a su hermana Serena por 6-2 y 6-4 en la primera final de Grand Slam entre hermanas desde Wimbledon 1884.

Venus se impuso tras una hora y nueve minutos, en la primera final de un Grand Slam entre jugadores de raza negra, y a los 21 años logró su cuarto título de esa clase.

"Siempre quiero que Serena gane, esto fue raro, yo soy la hermana mayor, me ocupo de ella, quiero que esté bien. La amo... Es duro, pero la quiero tanto...", dijo Venus en el estadio luego de su victoria.

Serena comenzó mejor, y tras ganar su servicio estuvo varias veces a punto de quebrar el de su hermana, pero finalmente no pudo hacerlo. Su dominio se diluyó, y en 28 minutos, con demasiados errores de la menor de las Williams, Venus establecía el 6-2 a su favor.

Venus dominó las acciones en el segundo capítulo hasta colocarse 2-0, pero entonces la irregularidad se apropió de ella, y Serena se recuperó hasta igualar en dos y luego en cuatro.

El partido ofrecía mucha más potencia que inteligencia, y el público disfrutó de pocos puntos lucidos. Pero entonces Venus recuperó su nivel, quebró otra vez el servicio de su robusta hermana y se llevó poco después el triunfo por 6-4, para sumar su segundo título de Grand Slam de la temporada, tras alzarse con el de Wimbledon.

Venus defendió así sus dos torneos de Grand Slam ganados hace un año, se llevó un cheque de 850 mil dólares como premio -el doble que su hermana- y se instaló como firme candidata a suceder a la suiza Martina Hingis, quien mañana volverá a aparecer en la primera posición del ranking, un lugar que ni ella misma reclama, ya que en enero cumplirá tres años sin ganar un título de Grand Slam.

Voces protagónicas


"Hoy fui la mejor, pero mi hermana está también entre las primeras tenistas del mundo, y lo más importante de todo es que ambas jugamos juntas nuestra primera final de Grand Slam, y el triunfo mío fue el de toda la familia", declaró Venus, de 21 años.

"Honestamente no me siento como si hubiese ganado, y estoy segura de que si la final hubiera sido contra otra rival me sentiría más alegre y satisfecha", explicó Venus. "Ambas sabíamos cuando salimos al campo que al final sólo una podía ganar, y eso era la parte más dura del partido", agregó.

La mayor de las hermanas Williams reconoció que el haber disputado juntas la primera final de un Grand Slam había sido uno de los sueños de sus padres cuando las introdujeron en el deporte del tenis.

A su turno, Serena declaró "me siento disgustada por la derrota, pero Venus jugó bien y se mereció la victoria, y ahora espero tener más oportunidades de jugar otras finales y ganarlas".

Pero más allá del resultado, fue una fiesta, a tal punto que el grupo Harlem Gospel y la cantante Diana Ross se asociaron a ella, participando momentos antes del inicio de este histórico match que pudieron presenciar en el court central Arthur Ashe unos 23 mil espectadores y otros millones más a través de la tevé.

En tanto, en el torneo juniors de este campeonato neoyorquino, el argentino Luciano Vitullo, décimo favorito, cayó en semifinales ante el jugador de Taipei, Yeu-Tzuoo Wang, segundo preclasificado, por 6-0 y 6-4.

Final masculina


Por su lado, en el sector masculino, en la jornada pasada dos nombres lograron hacer pie en la final de este US Open Championships, dotado de 15.760.000 dólares en premios. Se trata de Pete Sampras y Lleyton Hewitt, quienes, sobre nuestro cierre, debían dirimir la corona de este certamen estadounidense.

Es una final de neto perfil generacional, por los treinta años de Pistol Pete y los 20 de su adversario. Muchos pensaban que Sampras ya estaba en su ocaso, pero en esta cita en Flushing Meadows resurgió con su mejor tenis y poco a poco fue sacando rivales de jerarquía de su camino (Patrick Rafter, Andre Agassi y Marat Safin). "Ganar el US Open salvaría mi año. Si no lo hago tendré una de las peores temporadas de mi carrera", dijo Sampras, quien entró al certamen como décimo cabeza de serie, su ubicación más baja desde 1988, cuando participó en su primer Abierto.

Hewitt, un joven valor en ascenso de resultados inestables hasta esta temporada, debido a su carácter explosivo en las canchas, pareció encontrar en la primera semana del Abierto el antídoto para sus rabietas, y ello lo encaminó a triunfos sucesivos hasta la final.

Sampras avanzó a la disputa del título al vencer ayer a otro representante de la nueva ola, el ruso Marat Safin, tercer favorito y defensor del título, por 6-3, 7-6 (7-5) y 6-3, mientras que Hewitt despachó en un abrir y cerrar de ojos al experimentado ruso Yevgeny Kafelnikov, séptimo preclasificado, al superarlo por 6-1, 6-2 y 6-1.

"De la manera como Pete jugó contra Andre (Agassi), será muy difícil ganarle, pero haré todo lo posible por eso", dijo el australiano.

Sampras ha ganado siete torneos de Wimbledon, dos Abiertos de Australia y cuatro de Estados Unidos. El único Grand Slam que se le ha escapado es Roland Garros.

Para Hewitt esta es la primera vez que avanza a una final individual de Grand Slam. El historial favorece a Sampras por 4-3, aunque Hewitt se ha impuesto en los dos últimos compromisos que tuvieron.