Internacionales: INTE-03

Berlín inauguró el mayor museo judío de Europa

El Museo Judío de Berlín, cuyo edificio constituía ya desde hace dos años una atracción turística a raíz de su arquitectura excepcional, fue inaugurado hoy en presencia del presidente alemán, Johannes Rau, y del canciller Gerhard Schroeder.


El acontecimiento, esperado desde hace años por la comunidad judía alemana, será celebrado a lo largo de toda la semana, anunció el director del museo, el norteamericano de origen alemán Michael Blumenthal, quien estima que se trata de "un gran día para Berlín y para Alemania".

Las celebraciones empezaron hoy con un concierto de la Orquesta Sinfónica de Chicago, dirigida por el argentino Daniel Barenboim, en el recinto de la Filarmónica de Berlín. Los músicos tocaron la Séptima Sinfonía de Gustav Mahler ante un público de 2.200 personas, del que formaron parte todos los ministros del gobierno y 19 embajadores acreditados en Alemania.

Tras ello, 850 privilegiados pudieron descubrir la exposición permanente del museo, que hasta ahora nadie ha visto, aunque su contenido fue ampliamente comentado por Blumenthal.

El "mayor y más importante museo judío de Europa", según su director, no es un museo del Holocausto -al que se consagra empero un importante espacio, en particular la "galería de los objetos desaparecidos"-. Mucho más ampliamente, está dedicado a los 1.700 años de historia de los judíos de Alemania.

El museo no trata de suscitar remordimiento. Su objetivo es que los alemanes recuerden a sus compatriotas judíos como "alemanes creadores y no solamente como víctimas de Auschwitz", señala Blumenthal, que fue secretario del Tesoro del ex presidente norteamericano Jimmy Carter.

Quiénes son y quiénes eran


El museo muestra quiénes son y quiénes eran los judíos, lo que significa ser judío en Alemania, la manera en que vivieron, murieron y siguieron viviendo después de las atrocidades nazis.

La colección de 3.900 piezas expuestas se compone de libros, objetos de culto, documentos históricos y obras de arte, pero también objetos personales, como las gafas del filósofo Moses Mendelssohn (1729-1786).

Muchos de esos objetos personales fueron donados al museo por particulares, explica Gisela Freydank, archivista del museo.

Concebido inicialmente como una extensión del Museo de la ciudad de Berlín, cuyo departamento judaico se había quedado demasiado pequeño, el museo pasó a ser una institución autónoma.

Al edificio futurista en forma de estrella de David dislocada, obra del arquitecto norteamericano Daniel Libeskind, se entra a través del viejo museo de estilo barroco, al que está unido por el subsuelo.

La arquitectura del edificio comunica "el horror de la época nazi", explica Blumenthal. En el exterior, los muros quebrados, cubiertos de cinc, son casi ciegos, pese a la presencia de 280 ventanas, estrechas como troneras.

Dentro, el sentimiento de malestar se hace más intenso: los pasillos se van estrechando, vigas de hormigón salpican los muros, los planos se inclinan, provocando vértigo y sensación de ahogo.

La planta baja permanecerá vacía en recuerdo de los millones de judíos asesinados por los nazis.

Ouerdya Ait-Abdelmalek - AFP