Internacionales: INTE-09

Un siglo de pintura suiza


Alberto Giacometti, Paul Klee o Jean Tinguely figuran entre los pocos artistas suizos conocidos del gran público, pero hay muchos otros nombres que reflejan la gran riqueza de la creación artística de este país.

Noventa años de historia de la pintura suiza separan "El paisaje de formas ritmadas", de Ferdinand Hodler, obra maestra de 1909 que prefigura ya el arte abstracto, de las "Puestas de sol" de Adrian Schiess (1999), puras explosiones de color salido directamente del tubo.

Un siglo de "desafíos artísticos" excelentemente documentado por el museo de Bellas Artes de Aarau, en la Suiza alemana, que ha prestado parte de sus fondos para una exposición que acaba de inaugurarse en el museo Rath, de Ginebra, donde podrá admirarse hasta mediados del próximo enero.

Una visita realmente vale la pena, porque permite conocer no sólo algunas obras maestras de los pioneros del arte moderno de este país sino también las de otros artistas, muchos de ellos alemanes relacionados con aquéllos, y seguir luego la evolución de las distintas corrientes hasta las últimas tendencias.

Entre los primeros destacan Hodler, pero también Cuno Amiet, vinculado con el grupo alemán Die Brücke (El Puente), o Giovanni Giacometti.

El "Paisaje de formas ritmadas" (Lago Léman), de Hodler, es sin duda una excelente introducción a la exposición, como lo son también los paisajes de Amiet, fuertemente influidos por su estancia en la Bretaña francesa, o el retrato que hizo Giacometti de sus hijos Alberto y Diego, que recuerda el Art Nouveau.

Una obra maestra del expresionista alemán Ernst Ludwig Kirchner es sin duda "El Caminante", de 1922, de fuertes ecos nietzscheanos, realizada durante su estancia en Davos, la localidad alpina suiza a la que huyó desde Berlín en 1917 en busca de paz y donde terminaría quitándose la vida en 1938.

"Erna con sombrilla japonesa", también de Kirchner, "Muchacha tendida", de Max Pechstein, un fascinante bodegón con vaca, figura japonesa y cabeza, de Emil Nolde, o sendos paisajes de Erich Heckel y Karl Schmidt-Rottluff son otros tantos ejemplos de la fuerza del expresionismo alemán de los años de la Primera Guerra Mundial. (EFE).