La empresa Aguas Provinciales de Santa Fe logró cumplir anoche con los trabajos programados para la red de distribución de agua potable, y reanudó el bombeo a la red a las 3.30.

Obviamente, el agua llegó a los usuarios en diferentes momentos de la noche (e incluso en algunos sectores durante esta mañana), porque parte de las cañerías quedaron vacías, y debido a la distancia de algunos barrios respecto de la planta potabilizadora.

El único percance no calculado por la concesionaria fue que el sector que ayer se informó que sufriría sólo la disminución de la presión del servicio, también fue alcanzado por el corte total del suministro.

El mal funcionamiento de una importante válvula obligó a que dicho sector tampoco tenga agua, situación que se prolongó aproximadamente por un par de horas. La válvula es de 1.200 milímetros, está ubicada en la salida de la planta, y no se logró cerrarla por completo: salía un volumen de agua que no se podía derivar, con lo que no hubo más remedio que detener el bombeo a toda la ciudad.

La planta potabilizadora santafesina tiene dos tanques de reserva de 10 millones de litros cada uno, muy útiles para recuperar la provisión del servicio tras cortes de este tipo. Esas reservas no las tienen otros establecimientos potabilizadores, como el de Rosario, en el que se bombea a medida que se produce la potabilización.

Los trabajos se ejecutaron en cinco frentes simultáneos, estuvieron a cargo de unas 40 personas entre técnicos y operarios de la empresa y contratistas, y la asistencia de tres grandes grúas para mover los caños a instalar.

En cuanto a las dificultades que provocó la interrupción del servicio, Aguas informó que hubo llamadas que solicitaban información o la confirmación de que el corte se debía a las tareas anunciadas.

También se señaló que comedores, bares, clubes y el Hospital Cullen pidieron el auxilio de camiones cisterna.