Con Delia Garcés desaparece una de las verdaderas luminarias del cine nacional de otras épocas, una muerte que tomó por sorpresa a muchos, ya que apenas diez días atrás, el 29 de octubre, participó de la ceremonia de entrega de los Premios ACE, ocasión en que la Asociación de Cronistas del Espectáculo le entregó el Premio a la Trayectoria, el ACE de Platino, el primero que otorga esa entidad.

En esa ceremonia, alentó a sus pares por la continuidad de la actividad teatral a pesar de los tiempos de crisis que se viven. Delia era una ferviente asistente a los espectáculos teatrales, principalmente los que se desarrollaban en el circuito off porteño. Desde hace algunos años, con su nombre se bautizó una de las tres salas del Complejo de Cine argentino Tita Merello.

Garcés falleció en el sanatorio Otamendi, donde estaba internada desde hacia dos días y, sin darle difusión, sus hijos hicieron cremar su cuerpo para esparcir luego sus cenizas, tal había sido su deseo, bajo un árbol en un campo familiar ubicado en nuestra provincia.

Su verdadero nombre era Delia García, había nacido en 1919 en Buenos Aires, donde fue alumna del Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico. Siendo una principiante pasó por las filas de la Comedia Nacional, para luego pasar al ámbito donde desarrolló su fino temperamento: el cine. Si bien tuvo una aparición fugaz en íSegundos afuera!, su debut se produjo en Viento Norte.

Ya con un contrato con Argentina Sono Film realizó Maestro Levita, Villa Discordia y Kilómetro 111, en papeles de relativa importancia. Su consagración estelar fue en 1941, con Veinte años y una noche, de Alberto de Zavalía, su marido, quien la dirigió en once de los filmes en que participó.

Por su tarea en esa película recibió el premio a la mejor actriz otorgado por Cronistas, galardón que volvió a ganar por su labor en Malambo.

Su delicadeza y femineidad conformaron una notable pareja con el galán español Pedro López Lagar, quien la acompañó en varias películas.

Garcés fue intérprete de dramas y comedias, en ambos géneros supo destacarse, como en el rol de Norah de Casa de muñecas, de Ernesto Arancibia, una de sus actuaciones más recordadas.

A esos títulos se sumaron La maestrita de los obreros, La dama duende o Rosa de América, sobre la vida de Santa Rosa de Lima.

Se lució también en la comedia musical con El otro yo de Marcela, donde cantó y bailó, y luego filmó en México El (1952), con dirección de Luis Buñuel, y en España, con José Nieves Conde Rebeldía (1953).

Em el teatro lució su personalidad escénica en Ondina, de Giraudoux, y en memorables versiones de obras de George Bernard Shaw, Chejov o Merimée.

Delia Garcés también integró el directorio del Fondo Nacional de las Artes, mientras que su filmografía también incluye realizaciones tales como Alas de mi patria (1938), La vida de Carlos Gardel (1939), Gente bien (1939), Muchachas que estudian (1939), Doce mujeres (1939), Dama de compañía (1940), Concierto de almas (1942), El gran amor de Bécquer (1946), El hombre que amé (1947), De padre desconocido (1949), El otro yo de Marcela (1950), Mi marido y mi novio (1955) y Alejandra (1956).