La comisión directiva de Colón tomó anoche, por unanimidad, la decisión de recurrir a la Justicia para que investigue los hechos ocurridos en los últimos días y que involucraron a barrabravas de la institución con algunos jugadores.

Por lo que pudo saberse, luego del partido del sábado ante Vélez, es que un grupo de individuos habría intimidado a tres jugadores del plantel profesional.

Si bien ninguno de ellos habló del tema, se dice que los jugadores afectados serían Delio Toledo, Joaquín Irigoytía y Marcelo Otero, lo cual llama poderosamente la atención, ya que los dos primeros son suplentes (Irigoytía ni siquiera atajó en este campeonato), mientras que Otero recién jugó su primer partido como titular ante Vélez.

La intención de los dirigentes es ocuparse de esta situación antes de que se lamenten hechos más graves o que se repitan estos "aprietes". Incluso, durante la semana también se habría producido un encuentro de barrabravas con jugadores, luego de un entrenamiento, con el mismo propósito, de intimidarlos.

"Nosotros no subsidiamos ni entregamos entradas de favor a los hinchas. Ese es el motivo principal por el cual se hacen estas cosas. Somos uno de los pocos clubes de primera que no lo hacemos", señaló esta mañana a El Litoral uno de los asistentes a la reunión de anoche en la sede.

Si bien el club cuenta con seguridad privada, los hechos sucedieron en las afueras del club y no pudieron ser advertidos por los custodios de la institución.

"Queremos cortar de raíz cualquier actividad de estos individuos. Por eso le pediremos mañana a la Justicia que investigue y nos pondremos a su disposición. Queremos demostrarle al país cómo pensamos y actuamos los dirigentes de Colón, y tampoco permitiremos que alguno de nuestros jugadores sufra algún apriete", señaló la misma fuente.

Anoche, en Café con Fútbol, el delantero uruguayo, Marcelo Otero, no se refirió específicamente a lo ocurrido después del partido pero sí habló de la actitud de la hinchada de Colón cuando silbó al equipo.

"Entiendo a la gente y tiene el derecho a manifestarse así porque paga la entrada y quiere que el equipo juegue bien y gane. Yo lo único que digo es que nosotros queremos ganar siempre y que a algunos muchachos los afecta más que a otros. Yo, personalmente, salí a la cancha en el segundo tiempo, ante Vélez, con más fuerzas que nunca para revertir la situación. Pero no todos lo sienten así", dijo Otero.

Claro que una cosa es la reprobación del grueso de la hinchada, enojada y disconforme porque no le gusta cómo juega el equipo, y otra cosa distinta es la agresión (sea física o verbal), de un minúsculo e irrepresentativo grupo que, persiguiendo otros intereses que van más allá de lo deportivo, se acercan a los jugadores con fines intimidatorios.

Muchos dirigentes de Colón, sobre todo aquellos que llevan años de permanencia en el club, no quieren que se repita lo de viejos y olvidados tiempos.

Todavía está fresco el recuerdo de aquella lucha de Vignatti y su gente para erradicar a los barrabravas, cortándole la entrega de entradas de favor y otras prebendas.

Hubo muchos -algunos ya no están, como Julio Villar- que sufrieron los ataques de estos individuos cuando llegó el momento de tomar decisiones: agresiones físicas, a sus bienes personales y amenazas a sus familias, algo que, en el caso de Vignatti, se concretó en varias oportunidades y recibió, además del repudio, la firme postura del presidente de seguir adelante en el propósito de "limpiar" el club, más allá de esos problemas.

El volante Alejandro Capurro ingresaría el viernes como titular en el partido ante Independiente, en Avellaneda.

Jorge Fossati comenzará a definir hoy la alineación que visitará a los rojos, que vienen en alza, restando saber si Capurro jugará por alguno de los dos volantes centrales o si lo volcará en el costado derecho de la cancha, en el lugar de Aquino.

Los dirigentes de Colón iniciaron contactos para sumar al plantel a Patricio Camps, quien en las próximas horas quedará libre de Vélez y recibirá el permiso de la Afa para sumarse a cualquier institución.

"En 48 horas se define la salida de Vélez y, a partir de allí, tendremos dos semanas para buscar club. Aquí, en Buenos Aires, hay dos que quieren a Camps", dijo Daniel Comba, su representante.

Recordemos que el jugador está en conflicto con Vélez y pidió la libertad de acción por falta de pago, razón por la cual se abrirá el libro de pases para permitirle que fiche en algún club y pueda continuar su carrera profesional.

Ayer, los dirigentes rojinegros evaluaron la situación, y con el visto bueno de Fossati salen al mercado nuevamente para tratar de conseguir el pase de Camps.

Es muy posible que el vicepresidente, Patricio Fleming, se reúna esta misma noche con Comba, ya que el dirigente viajó este mediodía a la capital para participar de la reunión de comité ejecutivo.