Opinión: OPIN-03

La Abadía real de Fontevraud


La real abadía de Fontevraud, el mayor conjunto arquitectónico conventual que subsiste en Europa, celebra este año el 900° aniversario de su fundación disponiéndose a convertirse en "la Villa Médicis de la electrónica", futuro centro europeo de investigación, de creación y de formación en materia de patrimonio y de multimedios. Por primera vez en Europa van a encontrarse así "viejas piedras y nuevas tecnologías" en un lugar mágico cargado de historia, donde residirán diseñadores, realizadores y especialistas en multimedios relacionados con el patrimonio.

Extraño destino el de la abadía de Fontevraud, que acaba de ser inscripta por la Unesco en el catálogo del Patrimonio Mundial de la Humanidad, con el valle del Loira del que es uno de los más bellos tesoros. Fundada en 1101 por un ermita bretón, Robert d'Arbrissel, y considerada como uno de los mayores centros monásticos de Occidente, albergó hasta 1792 una orden religiosa mixta, pero siempre dirigida por mujeres, a quienes los varones estaban sometidos "por la salvación de sus almas": Al frente de la congregación se sucedieron 36 abadesas, seis de ellas de estirpe regia, que sólo dependían del Papa y del rey, se sucedieron al frente de la congregación. Una de ellas, Marie-Madeleine Gabrielle de Rochechouart, "la Reina de las Abadesas", hermana de Madame de Montespan (amante del rey Luis XIV), hizo de Fontevraud un foco de irradiación intelectual y cultural, donde se educaron cuatro de las hijas de Luis XV.

En el siglo XIII, la abadía se había convertido en la necrópolis regia de los Plantagenet, que reinaron en Inglaterra. De ello dan fe, en la nave de la iglesia abacial, las célebres estatuas yacentes policromas de Enrique II Plantagenet, de su esposa Leanor de Aquitania, protectora del monasterio, de su hijo Ricardo Corazón de León y de la esposa de Juan sin Tierra, Isabel de Angulema.

Su época de cárcel dura


En vísperas de la Revolución Francesa, Fontevraud era la abadía más rica y pujante de Francia. Pero en 1792, tras la nacionalización de los bienes del clero, fue cerrada y saqueada. En 1804 Napoleón I la transformó en cárcel, gracias a lo cual, paradójicamente, se salvó de la destrucción. Inscrita en el inventario de los Monumentos Históricos por Prosper Mérimée en 1840, siguió siendo hasta 1962 el penal descrito por Jean GenÉt en su novela Miracle de la Rose, presentándolo como la más dura de las prisiones de Francia.

Devuelta al ministerio de Cultura en 1963, abierta al público y transformada en Centro Cultural del Oeste en 1975, la abadía ha sido objeto de varias campañas de restauración, inauguradas a fines del siglo XIX por la administración carcelaria y reiteradas de modo casi continuo desde 1975. Hoy es una de las obras de restauración más importantes de Francia. El más célebre de sus edificios, originalmente de estilo romántico, con su extraña techumbre de forma de escamas, sigue intrigando a los investigadores: es posible que haya albergado no sólo las cocinas de la abadía sino también ahumaderos destinados a la conservación de los alimentos, especialmente de los pescados que se capturaban regularmente en el Loira.

"Ciberabadía"


Restaurada como un sitio magnífico de 14 hectáreas, con sus cuatro prioratos, que acoge cada año a 170.000 visitantes, Fontevraud se apresta a dar un salto a la modernidad, bajo la égida de una mujer desbordante de ideas y de entusiasmo, Chantal Colleu-Dumond, que ha asumido la dirección del Centro Cultural en febrero de 2001 después de haber sido, entre otras cosas, agregada científica y cultural de las embajadas de Francia en Bucarest y en Roma. Decidida a "anclar sólidamente la abadía en la época actual, sin perjuicio de su excepcional acervo cultural", ha elaborado el proyecto de hacer de ésta "la Villa Médicis de lo multimedios", alusión a la sede de la Academia de Francia en Roma, que acoge en Italia a artistas en viaje de estudios en Italia.

¿Va a convertirse Fontevraud en una "ciberabadía"? ¿por qué no? Chantal Colleu-Dumond desea "mezclar dos mundos, el de los historiadores del patrimonio y arqueólogos y el de los artistas que trabajan con multimedios", congregando a "personas de calidad para desarrollar las relaciones entre el patrimonio y las nuevas tecnologías". A este respecto, observa que "no existe actualmente en Europa ningún centro de creación y de formación en las nuevas tecnologías que esté vinculado específicamente al patrimonio". Hay, pues, un vacío que se trata de colmar, y Fontevraud podría transmutarse en un centro europeo de formación en los oficios de los multimedios culturales.

"Gracias a las imágenes de síntesis y al archivado numérico, por ejemplo, es posible efectuar la reconstitución virtual de edificios desaparecidos, como el ala de Fontevraud reservada a los hombres, o de frescos medio borrados de los que sólo quedan ya fragmentos", explica. Pero el nivel de exigencia es muy elevado en cuanto a calidad. Aunque ya se han realizado investigaciones históricas muy precisas y se ha reunido una copiosa iconografía, "es necesario que el historiador no pueda protestar, y que un niño de 14 años pueda comprender".

Por primera vez en un monumento, va a emplearse el cine digital de alta definición para proyectar en las paredes de piedra imágenes gigantescas que contarán el pasado de manera onírica, creando "una emoción estética" haciendo comprender al público lo que era la vida de la abadía.

En noviembre de 2001 se han instalado ya en Fontevraud los dos primeros creadores de obras culturales "multimedios" que han de residir cierto tiempo allí (de los quince que la abadía podrá alojar durante períodos de entre tres y seis meses). Un comité especial efectuará una selección entre las candidaturas presentadas.

Paralelamente se desarrollará una política activa de sensibilización del público juvenil a las nuevas tecnologías de los multimedios, en coordinación con las "clases del patrimonio" que cada año llevan ya a Fontevraud a 4.000 alumnos. Se realizará un festival anual de la Imagen del Patrimonio (cine, video, multimedios, DVD, imágenes virtuales, imágenes tridimensionales), además de un coloquio internacional que actualizará la información sobre los progresos y los descubrimientos en este sector. El primero tuvo lugar a fines de octubre pasado, sobre el tema "Lo virtual y la piedra: patrimonio y multimedios".

Fontevraud también se mantiene fiel a su vocación de centro pluridisciplinar: regularmente acoge conciertos y espectáculos nocturnos, y el verano pasado presentó una exposición sobre "La Europa de los Anjou", que mostraba la irradiación de los príncipes de Anjou "desde Nápoles hasta el Danubio", desde el siglo XIII hasta el XV.

Claudine Canetti