Ubicadas en un marco salvaje y agreste de vegetación subtropical, sus 275 saltos, con alturas que superan los 70 metros, estrellan sus aguas con tal fuerza que forman nubes de gotitas atomizadas, en las cuales la luz del sol se descompone en espectaculares arco iris. Se trata de las Cataratas del Iguazú, un paraíso indescriptible que merece visitarse.

Conocer este patrimonio mundial natural de la humanidad es casi una visita al paraíso. El Parque Nacional Iguazú, que alberga a las famosas cascadas, contiene más de 400 especies de aves, alrededor de 2 mil ejemplares de vegetales y un mundo inconmensurable de insectos, lo que hace de este bioma uno de los ambientes naturales más ricos del país.

El polo turístico internacional Iguazú está compuesto por tres ciudades: Puerto Iguazú en Argentina, Foz do Iguau en Brasil y Ciudad del Este en Paraguay. Las tres localidades aportan diferentes recursos que, al complementarse, hacen de este polo un completo complejo turístico.

En el área Iguazú hay grandes hoteles, transporte terrestre eficiente, guías de turismo capacitados políglotos, magníficos atractivos naturales, parques temáticos, campos de golf, turismo aventura, y más...

Para la noche, hay discotecas, boites, casinos, restaurantes y casas de espectáculos con música típica regional.

Entre los principales atractivos figuran los paseos a la luz de la luna, la garganta del diablo, paseos náuticos, casas de artesanías, el parque acuático, la Isla San Martín, los shows nocturnos brasileños, el sendero macuco, paseos en helicóptero, centros de entretenimientos, la Aldea Guaraní, el Parque de las Aves, el Casino Iguazú, Güirá Ogá (la Casa de los Pájaros), la Represa de Itaipú, las compras en Ciudad del Este, la Aripuca, el Zoológico Municipal y las cabalgatas por la selva.

La ciudad de Puerto Iguazú está a 15 kilómetros de las cataratas y constituye el soporte de servicios de este destino turístico natural.

Tiene 30.000 habitantes y posee diversos puntos de atracción para el turista.

Uno de ellos es el Hito Tres Fronteras, donde es posible observar, en la desembocadura del río Iguazú en el río Paraná, el límite geográfico de los tres países: Brasil, Argentina y Paraguay.

Por su parte, la ciudad de Foz do Iguau constituye el centro urbano más importante del polo turístico. Cruzar a ella no es muy complicado, ya que está unida a Puerto Iguazú por el puente Tancredo Neves. El trámite migratorio está simplificado, con las demoras normales dependiendo de la cantidad de personas que deseen hacerlo.

El aeropuerto de Foz conecta con Río de Janeiro, San Pablo y Asunción del Paraguay, en varias frecuencias diarias, lo que permite moverse con gran comodidad si se desea continuar viaje hacia el interior de Brasil u otras partes del mundo.

Finalmente, Ciudad del Este es la ciudad que representa al Paraguay en este triángulo geográfico. Ha sido reconocida en 1996 como el tercer centro comercial mundial, detrás de Miami y Hong Kong, por la revista Forbes.

Si bien el tránsito es muy dificultoso en el Puente de La Amistad, que une Foz con Ciudad del Este, existen grandes shoppings con una oferta de productos de diverso origen a precios sin impuestos. En este caso, es importante tener en cuenta que existen restricciones aduaneras para ciertos productos.

El área Iguazú ofrece alternativas de turismo aventura, ya que posee dos recursos naturales que conforman escenarios ideales para este tipo de actividades: la selva misionera y el río Iguazú.

Las travesías en 4x4, actividades de supervivencia en plena selva, turismo de estancia, cabalgatas ecológicas guiadas hacia las comunidades aborígenes, avistaje de aves, trekking por la selva, visitas a las minas de piedras semipreciosas en Wanda y a la Casa de los Pájaros, paseos en jeep, canotaje y rafting por los rápidos de los arroyos son los principales atractivos.

Bajo los saltos, que llegan a alcanzar hasta 70 m de altura, pueden realizarse excitantes paseos naúticos en lancha o gomones, safaris fotográficos y pesca de dorado o bien participar de caminatas por los senderos apreciando la variada fauna que ofrece la selva subtropical.

Dentro de este segmento de entretenimiento es posible encontrar actividades con diversos niveles de riesgo. En el caso de Iguazú, el peligro no es elevado y tanto niños como adultos pueden disfrutar de estos paseos.

El denominado Tren de las Cataratas es una de las nuevas atracciones de la región. Su característica especial es su bajo impacto sobre la naturaleza, tiene una capacidad para 120 pasajeros y su recorrido es de 7 kilómetros, hasta cerca de la Garganta del Diablo.

Está totalmente pintado de verde y se compone de una locomotora a gas que arrastra cuatro vagones techados, con asientos de madera y totalmente abiertos hacia el exterior, para que el turista se mantenga en directo contacto con la selva. Fue construido en Inglaterra en los talleres de la empresa Alan Keeft, la misma que fabricó uno similar para el Parque Nacional de Kenya, en el sultanato de Singapur.

Su recorrido bordea el río y dura 20 minutos (está habilitado de 8 a 18 horas), con una "parada" en la estación Circuitos, hasta la terminal de Garganta. Allí los visitantes descienden para acceder a la pasarela que reemplaza a la destruida en la crecida de 1993 y llega a los nuevos balcones construidos sobre el borde de la cascada de 90 metros de altura.

El costo del tren está incluido en la entrada del Parque Iguazú, que es de 9 pesos en general y de 4.50 pesos para los misioneros (con esta entrada se accede a todos los paseos).

Las agencias de la ciudad están manejando las siguientes tarifas: tres noches y cinco días, en hotel cuatro estrellas del lado brasilero, con régimen de media pensión, cuestan alrededor de 220 pesos por persona. Algunos paquetes incluyen excursiones a sitios como las Ruinas de San Ignacio, cataratas de ambos lados, represa de Itaipú y Ciudad del Este, entre otros.

En cambio, si se viaja en auto y se busca alojamiento los precios de hoteles varían de acuerdo a la categoría: desde 45 a 250 pesos por habitación, por día. Semana Santa es la más alta temporada del año, por lo que se aconseja reservar con antelación.

Según la leyenda, hace muchos años habitaba el río Iguazú, una enorme y monstruosa serpiente cuyo nombre era Boi. Una vez por año los aborígenes debían sacrificar una bella doncella a Boi, arrojándola al río.

Para esta ceremonia se invitaba a todas las tribus guaraníes. En una oportunidad llegó al frente de los suyos Tarobá, un joven cacique, quien al conocer a Naipí, la bella doncella india que ese año estaba destinada al sacrificio, se rebeló contra los ancianos de la tribu y en vano trató de convencerlos de que no lo hicieran.

Para salvarla pensó en raptarla y la noche anterior al sacrificio cargó a Naipí en su canoa e intentó escapar por el río. Pero Boi se enteró de esto, y su furia fue tal que encorvando su lomo partió el curso del río formando las cataratas, y atrapó a Tarobá y a Naipí. A él lo transformó en los árboles que hoy se ven en la parte superior de las cataratas; y a la cabellera de la bella Naipí la convirtió en la caída de las aguas.

Luego se sumergió en la Garganta del Diablo, y desde ahí vigila que los amantes no vuelvan a estar juntos... Sin embargo, en días de pleno sol, el arco iris supera el poder de Boi y los une.