George, un hombre de edad media, no es precisamente un exitoso. Vive en una casa medio derruida en pleno barrio residencial, en una ciudad norteamericana. Divorciado, su ex mujer se ha casado de nuevo, y el hijo de ambos, Sam, un adolescente de 16 años, es un chico sumamente problemático y difícil.
El filme, conocido aquí bajo el título Construyendo la vida, comienza cuando George es despedido de su trabajo, lo que le provoca una crisis violenta. Termina en el hospital, donde se entera -para colmo- que está muy enfermo, sin esperanzas de recuperación.
A partir de allí, se fija un solo objetivo: en el tiempo que le resta de vida quiere recuperar a su hijo y construir una casa digna y habitable.
Los comienzos no serán fáciles, Sam ofrece muchas resistencias y la enfermedad va minando las fuerzas del protagonista. Sin embargo, su empeño y determinación poco a poco irán logrando que no sólo su hijo, también su ex mujer y los pequeños hijos de su nuevo matrimonio, vecinos y amigos, lo ayuden -aun sin saber lo de su enfermedad- a construir su sueño.
La película habla del valor y la voluntad de sobreponerse a las adversidades y luchar por recuperar la dignidad y el sentido de la vida, aunque sea lo último que se haga. También rescata el deseo de recomponer aquellas cosas que se hicieron mal, viejos errores cometidos respecto de los afectos y de la propia existencia, que, al tener la certeza de un próximo final, apremian con su necesidad de reparación.
Pero a pesar de las buenas intenciones y la calidad interpretativa de los actores, el guión no logra la solidez que la historia demanda y presenta muchos altibajos, rozando el melodrama en varias ocasiones y en otras, paradójicamente, se vuelve inconsistente y reiterativo, lo que les hace perder credibilidad y emoción a las situaciones.
El realizador Irwin Winkler cuenta para esta ocasión con la sólida actuación de Kevin Kline (George), la sutil expresividad de Kristin Scott Thomas (su ex mujer, Robin) y el aporte fresco de Hayden Cristensen (el conflictuado adolescente), a quienes se suma la acertada participación de Mary Steenburgen (la vecina Coleen).
Construyendo la vida es una muestra más de las facilidades técnicas con que cuenta la industria cinematográfica norteamericana, lo que le permite ofrecer un buen producto en cuanto a calidad visual, excelente fotografía, buena banda sonora e importante elenco, pero frágil y mediocre en cuanto a contenido y trama.
Construyendo la vida
"Life as a House", EE.UU./2001. Dirección: Irwin Winkler. Intérpretes: Kevin Kline, Kristin Scott Thomas, Hayden Cristensen y otros. Guión: Mark Andruss. Fotografía: Vilmos Zsigmond. Música: Mark Isham. Presentada por Distribution Company. Duración: 122 minutos.
Calificación: Regular.
Laura Osti
