Economía: ECON-01

La devaluación favoreció a varios sectores productivos

. 

Dicen que llevará años recuperar lo perdido con la convertibilidad. Algunos cultivos redujeron fuertemente sus áreas sembradas con el 1 a 1. El nuevo tipo de cambio abre perspectivas para los productores.


Diversos focos productivos de la provincia de Santa Fe consideran que la devaluación los ha favorecido, luego de 10 años "pésimos" por la vigencia de la Ley de Convertibilidad. Sin embargo, aún tienen poco para celebrar, ya que algunos sólo recuperaron terreno perdido.

El Litoral hizo un relevamiento en la provincia (no se consideraron los cultivos más fuertes como soja, trigo, maíz, girasol y sorgo) para saber cómo impactó la devaluación en los circuitos de abastecimiento, comercialización, cobros, pagos y elaboración de muchos productores.

Apuesta al algodón


Se piensa que Santa Fe será la única provincia del país que aumentará la superficie sembrada con algodón en la próxima campaña, ya que las 9.500 hectáreas de la última se convertirían en 15.000 (todavía lejos del pico histórico de 70.000).

Según el ingeniero Oscar Martínez, en la última cosecha se procesaron 10.609 toneladas de algodón en bruto en las 5 desmotadoras de la provincia (hace 4 años eran 13, pero fueron cerrando por falta de materia prima), de las cuales más de 10.200 fueron de la producción santafesina, 319 de Chaco y 76 de Santiago del Estero.

El rendimiento en Santa Fe fue bajo, si se tiene en cuenta que se extrajeron 1.100 kilogramos brutos por hectárea, cuando el nivel promedio es de 1.400. El crecimiento del área sembrada, sin embargo, se debe a que los precios internacionales se inflarán. Debe destacarse que los subsidios de Estados Unidos y Unión Europea a sus producciones hicieron que el precio de la libra de algodón llegara a ser el más bajo de los últimos tiempos, de U$S 0,37. Se estima que subirá hasta U$S 0,50.

Como la producción total de Argentina fue baja -y lo seguirá siendo-, el precio del mercado interno se estableció alto y hubo pocas exportaciones (de algunos productos terminados, con valor agregado). Hay 2 núcleos productivos de la provincia: el departamento 9 de Julio produce el 60 % del algodón, el 40 % se obtiene en General Obligado.

El algodón en la provincia cuenta con 300 productores y un movimiento directo e indirecto de 7 a 8 mil personas. La pérdida de terreno a nivel nacional se debe también a que el algodón compite en tiempo y espacio con la soja.

Buen año azucarero


En la provincia de Santa Fe, hay en estos momentos un solo ingenio azucarero en funcionamiento: el Arno, de Villa Ocampo. En esta campaña, se molieron 110.000 toneladas de caña de azúcar en el establecimiento, con una producción final de 12.200 toneladas de azúcar, que se destinó a abastecer sólo el consumo local (Reconquista, Resistencia y Rosario, principalmente), dado que la participación pierde relevancia a nivel país (Argentina produjo 1.400.000 toneladas de azúcar, habiendo sólo en Tucumán 15 ingenios funcionando).

Pese a que no exportaron desde Santa Fe, se lograron beneficios "por el precio que alcanzó el azúcar, la austeridad con que se manejó la administración y el control sobre el ingreso de materias primas e insumos".

El ingeniero Carlos Morel, gerente de planta del ingenio, que este año fue administrado por Inaza SRL (una empresa de la familia Colussi), explicó que "por primera vez en 10 años se pagaron al día los sueldos, las cuentas con los proveedores y quedaron los depósitos llenos de azúcar, con un balance más que positivo".

El ingenio emplea a 400 personas y se quedó sólo hace unos 3 años, cuando el de Las Toscas dejó de moler cañas, las que se plantan en una extensión de 6.800 hectáreas, ubicadas en el norte de Santa Fe. Para la próxima campaña, se estima que la siembra y producción se incrementarán en un 10 a 15 % y que para dentro de 3 a 5 años se duplicarán. Todavía hay mucha capacidad ociosa.

Se levantó la miel


La devaluación produjo un vuelco fundamental en la miel, ya que la característica del producto es que tiene un mercado local prácticamente inexistente (per cápita se consumen 200 gramos anuales en Argentina, cuando en otros países ese nivel se eleva a entre 4 y 5 kilos), lo que provoca que las exportaciones alcancen a más del 90 % de la producción.

Por lo tanto, el impacto del tipo de cambio ha sido casi total. Encima, el precio mejoró hasta en dólares en más del 100 %. El kilogramo de miel pasó de U$S 0,90 en 2001 a U$S 2 en 2002. En pesos, el kilo ya está en $ 7.

"Con el 1 a 1 prácticamente trabajábamos a pérdida", dice el productor apícola Hugo Brondeta, de Colonia Pujol, Esperanza. "Toda la cuenca tambera-cerealera es muy apta como melífera, por lo que en casi toda la provincia hay colmenares con producción de miel y venta de núcleos de abejas y reinas".

La miel se extrae de los cajones con 60 a 70 mil abejas y se deposita en tambores de 335 kilogramos, decantada y colada, para ser vendida a fraccionadores o enviarla directamente a exportación.

Para el gerente de la Cooperativa Apícola de Laguna Paiva, Mirko Huergo, el rendimiento de la cosecha 2001-2002 (que se llevó a cabo entre noviembre y enero) dio rendimientos bajos, de 30 kilogramos por colmena (lo normal es 60 kilogramos), debido a factores climáticos y fumigaciones, que afectan el trabajo de la abeja. "La actividad ha mejorado, pero necesita unos años para consolidarse, pues con el 1 a 1 al productor ni le convenía mantener las colmenas y ahora hay que recuperarlas".

Cebada para malterías


En la provincia se sembraron en la campaña pasada unas 3.700 hectáreas, con una producción de 6.700 de toneladas de cebada cervecera. Esa materia prima no va directamente a las plantas cerveceras, sino que se dirige a las malterías, donde se produce el insumo.

"Nosotros no les compramos cebada a los productores, sino malta a las malterías", explicó un profesional de la planta cervecera de barrio Candioti, en Santa Fe. Esas malterías se encuentran en el sur de la provincia de Buenos Aires, fundamentalmente donde están los principales focos de siembra de ese cultivo. Santa Fe participa, sobre todo en el sur de la provincia, con una porción de la materia prima de esas malterías.

La cebada es un cultivo parecido al trigo, y para ser utilizado en los procesos cerveceros tiene que someterse a humectación, germinación y temperatura en hornos.

Florece la costa


La producción de flores está tratando de levantarse luego de que se detuvieron las importaciones desde Colombia, Ecuador y Chile. Pese a que el área sembrada, que supo ser de 300 hectáreas, descendió a entre 50 y 60 en la zona de Santa Rosa de Calchines, los productores creen que la situación mejorará y que pronto dará resultados la modificación a la que se tuvieron que someter.

El productor Francisco Favaro comentó que "nosotros producíamos gladiolos, fundamentalmente, que es una flor de cementerio. Como la gente dejó de ir a estos lugares, tuvimos que volcarnos a rosas, jazmines y claveles. Con la rosa queremos innovar, con datos que estamos sacando de Colombia y Brasil". En la provincia también hay mucha floricultura, cerca de Rosario.

"La devaluación nos mejoró pero no tanto, porque los insumos están en dólares. Lo que hizo fue frenar la importación, por lo que una rosa que antes valía U$S 15, dejó de entrar y nosotros la podemos vender a la nuestra en 3 veces menos", dijo Favaro. Para exportar todavía hay muchas dificultades.

Un vendedor de la ciudad de Santa Fe explicó que, cuando no alcanza el abastecimiento desde la costa santafesina, compran flores en el Mercado de Buenos Aires, donde los productores de Escobar y La Plata (las ciudades más fuertes en estas plantaciones en el país) las envían en camiones.

"Lamentablemente no tenemos ventas y eso provoca que en el verano se tenga que tirar la mitad de la producción", aseguran. A la salida del invierno, las flores vienen desde Corrientes; con la primavera se fortalece la producción de la costa santafesina y posteriormente gana Mar del Plata, por las temperaturas de las distintas regiones.

Martín Scandol