Medio Ambiente: MED-01

El futuro de los elefantes en debate


La Cites se reunirá la próxima semana en Chile. Uno de los temas más importantes que tratará será el comercio de marfil.


Representantes de los países con poblaciones de elefantes se encuentran reunidos en Santiago, Chile, para analizar la propuesta de legalizar el comercio de marfil.

La iniciativa se votará en la XII Reunión de las Partes de la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestres (Cites), que comienza el próximo domingo en esa ciudad.

"Los elefantes serán la especie más señalada en esta edición de la Cites, y no tengo dudas de que el debate en estos momentos es fuerte y acalorado", señaló el secretario general del evento, Willem Wijinstekers, en alusión a las reuniones previas.

En la cumbre de la Cites en la capital chilena, que se extenderá entre el 3 y el 15 de noviembre próximo, Zambia, Zimbabue, Sudáfrica, Namibia y Botsuana buscarán el permiso para vender marfil.

En conjunto, estos cinco países de Africa tienen almacenadas más de ochenta toneladas de colmillos de elefantes, procedentes de paquidermos muertos por causas naturales o que fueron confiscados a cazadores furtivos.

Pero India y Kenia aducen que las ventas de marfil de elefantes debe seguir prohibida, como medida para reducir la caza furtiva.

India y Kenia contarán en esta reunión con el apoyo del Fondo Internacional para la protección de los Animales y su Hábitat (IFAW, en inglés) y de otras organizaciones no gubernamentales que condenan las intenciones de los países del sur de Africa.

La reunión de Santiago


La Cites, que reunirá en Santiago a más de 2.000 expertos de 160 países firmantes de la convención, también analizará más de medio centenar de propuestas, con el fin de preservar la vida de vicuñas, ballenas, elefantes, caballitos de mar, tortugas, los árboles caoba y los loros latinoamericanos.

En una rueda de prensa, el secretario general de la Cites sostuvo que la Conferencia de Santiago ofrecerá la ocasión de lograr que el comercio no sea perjudicial para las especies vegetales y animales.

Agregó que la reunión también abordará los esfuerzos nacionales para conservar las especies que no son objeto de comercio, pero que están amenazadas o en peligro.

Por su parte, el administrador de la Secretaría de la Cites, Klaus Topfer, explicó que la protección de la vida silvestre es vital para lograr que la protección del medio ambiente y la reducción de la pobreza se complementen mutuamente.

"Con sus reglamentos especializados y programas concretos, la Cites -que fue creada en Washington en 1973 y que el próximo 3 de marzo celebrará su trigésimo aniversario- se encuentra a la vanguardia del desarrollo sostenible", subrayó.

La Cites exige que cada gobierno miembro promulgue la legislación nacional necesaria y designe oficialmente una autoridad administrativa que expida permisos para el comercio, como también que designe una autoridad científica para proporcionar asesoramiento sobre las importaciones y exportaciones.

Herramienta para el control


Las sumas del mercado mundial de especies protegidas son enormes, con una facturación anual estimada en por lo menos 18.000 millones de dólares, cifra de la que un cuarto se gana mediante el fraude, lo que lo sitúa detrás de los tráficos de drogas y de armas.

La Cites es una herramienta de reglamentación comercial que consiste en inscribir las diferentes especies de animales o vegetales en tres categorías (en forma de anexos), en función del peligro que el comercio representa para su supervivencia.

La mayoría de las propuestas y de los debates que éstas suscitan conciernen la inscripción de una especie en uno de los tres anexos o al traslado de una categoría a otra.

La Cites, llamada Convención de Washington, puede concernir a una especie entera, un producto (marfil, cuero, etc.) o limitarse a las poblaciones de esa especie en un país o en una región.

El Anexo I incluye las especies "amenazadas de extinción que son o podrían ser afectadas" por el comercio, y cuya explotación comercial está prohibida en principio. No obstante, el comercio es posible "en condiciones excepcionales y particularmente estrictas", para servir a la investigación científica, por ejemplo, estipula el texto.

Además, las poblaciones aisladas de una misma especie que necesitan medidas de conservación diferentes pueden figurar en anexos distintos (por ejemplo los lobos de Bhután, de la India, de Nepal y de Pakistán están inscriptos en el Anexo I, los otros en el Anexo II).

Este segundo Anexo agrupa a las especies que no son consideradas todavía en peligro de extinción, pero que "podrían pasar a estarlo" si su comercio no fuera sometido a una reglamentación estricta.

Cuando tal es el caso, es emitido un permiso de exportación o un certificado de reexportación. En el Anexo II figuran, entre otras especies, los elefantes de varios países de Africa austral, contrariamente a los de otras regiones del continente, aunque actualmente se aplica una "cuota cero" para la venta del marfil.

Finalmente, el Anexo III es la lista de especies inscriptas a pedido de una parte (un país firmante) que reglamenta ya el comercio y que necesita la cooperación de las otras partes "para impedir la explotación ilegal". El comercio internacional de las especies que figuran en este Anexo es autorizado solamente con la presentación de permisos o certificados apropiados. (EFE-AFP).