Los trabajos para la atención de evacuados no estaban coordinados. Hoy se necesitaban colchones, pañales, víveres secos y hasta baños. Hasta el mediodía, apenas contaban con un anafe, de dos hornallas, para 700 personas. Piden que ya no se envíe gente al lugar.
Miles de santafesinos atraviesan hoy un momento traumático. Algunos son extremadamente humildes, otros provienen de la clase media empobrecida. Todos tuvieron que cargar sus cosas en carros y camiones, y escapar.
El río Salado avanzó en pocas horas y anegó todo el pueblo. Los evacuados son trasladados a la ex estación del ferrocarril Belgrano, en Santa Fe. Claman por comida, abrigos y botes.