Opinión: OPIN-05 En todos los frentes


La semana se caracterizó por una concatenación de hechos inusuales o al menos poco habituales en los ambientes religiosos, en los cuales los referentes eclesiásticos demostraron la ascendencia que tienen sobre sus respectivas comunidades al ponerse al frente de cuestiones tan disímiles como preocupantes.

Hubo desde una inesperada exhortación, por lo menos para el oficialismo, del cardenal Jorge Bergoglio (Buenos Aires) a no ilusionarse con soluciones aparentes; hasta gestiones del titular de Cáritas, monseñor Jorge Casaretto (San Isidro), ante el enviado del FMI para evitar que la Argentina se asfixie por el peso de la deuda externa.

También una incursión de monseñor Juan Carlos Maccarone (Santiago del Estero) al despacho del ministro Gustavo Béliz (Justicia) para solicitarle una "regeneración" del Poder Judicial de la provincia, como consecuencia del doble crimen que golpea al entorno de la gobernadora santiagueña Mercedes Marina Aragonés de Juárez.

Empero sin dejar de trazar una dura lectura -según se lo reveló a DyN un referente gubernamental- de lo que acontece en tierras juaristas: "Una Justicia inoperante que responde al Poder Ejecutivo".

No menos significativa fue la oposición de las diócesis de Salta y Orán a la "imprevista y acelerada" convocatoria a una reforma de la Constitución provincial que, según advirtieron, conlleva un "exclusivo fin reeleccionista indefinido" del gobernador Juan Carlos Romero.

A este sugestivo panorama, se sumó la comunidad judía que puso al presidente Néstor Kirchner en el brete de encaminar una ley de igualdad religiosa, una cuestión espinosa a la que los gobiernos suelen escaparle y que genera rispideces entre los credos legalmente reconocidos en el país.

Tal como sucedió durante la administración de Fernando de la Rúa, cuando el solo anuncio de un anteproyecto desató el enojo de los evangélicos -que el lunes insistieron con la queja en una audiencia con el secretario de Culto, Guillermo Oliveri- por lo inconsulto de la iniciativa y la pretensión de una mayor apertura en la futura legislación.

Como si esto fuera poco, el menemismo intenta -previenen desde el gobierno- precipitar un choque entre el gobierno y la Iglesia Católica por un protocolo de Naciones Unidas sobre discriminación de la mujer, que desde hace años está trabado en el Senado.

Si bien algunos consideran que es un tema menor, en los ambientes episcopales no lo es tanto, ya que su posible aprobación -como pretende, entre otros legisladores, el senador Eduardo Menem- podría abrir el juego a la despenalización del aborto o producir cambios en las legislaciones locales.

Llama la atención, asimismo, el rol que las iglesias están jugando en el plan de reconstrucción de las viviendas anegadas por las inundaciones en la provincia de Santa Fe, donde -junto con organizaciones no gubernamentales (Red Solidaria, Fundación Noble y River Plate)- aspiran a "organizar la solidaridad" frente a las falencias operativas y estructurales del Estado.

Matices de un predicamento religioso que tampoco faltarán mañana cuando el cardenal Bergoglio baje línea, delante del heterogéneo grupo de participantes a la Jornada Arquidiocesana de Pastoral Social, sobre la necesidad de un mayor compromiso de políticos, sindicalistas y empresarios en la edificación del bien común.

Tal como lo hizo en el Tedéum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, donde instó a todos a "ponerse la patria al hombro" y a renunciar a la "mezquindad y al resentimiento de los internismos y los enfrentamientos sin fin".

Fundamentos de la doctrina que se repetirán la semana entrante cuando el presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social, monseñor Carmelo Giaquinta (Resistencia), intente sensibilizar a los cristianos sobre la exigencia de construir ciudadanía y esboce una respuesta a la pregunta "Argentina ¿y ahora qué?" en un encuentro plural en la Universidad Católica Argentina.

O a los que el Episcopado busca darle un cariz litúrgico a la convocatoria al X Congreso Eucarístico Nacional, a realizarse el año próximo en Corrientes, en la que proponen al "pueblo, lastimado por divisiones no superadas, hallar -gracias al recurso de su fe- un sendero auténtico hacia la reconciliación, la solidaridad con los más pobres y excluidos, hacia la coherencia de la vida personal y social con los valores cristianos".

Guillermo Villarreal (DyN)

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