Opinión: OPIN-09 Matrimonio y vejez


Señores directores: Después de que sobrevienen las arrugas en nuestro cuerpo, indicando el camino hacia la vejez, el amor verdadero adquiere una dimensión insospechada, de profunda riqueza espiritual, aflorando ribetes delicados del sentimiento más elevado del alma. El amor verdadero, destello del amor divino. Todo se transforma en delicadezas, ternuras, atenciones recíprocas, reviviendo los buenos y, a veces, difíciles momentos vividos juntos. La vida, así, se hace pasado y presente, hacia un sereno y feliz futuro, si Dios quiere, lleno de ricas experiencias, avaladas por ejemplares testimonios de vida, para obsequiar a los que vienen detrás, ayudando, de esta manera, a encontrar el camino dulce del matrimonio que nos conduce hacia la felicidad verdadera. Yo soy feliz, porque tú eres feliz. Francisco Roque Pepe. Ciudad.