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Solidaridad y aprendizaje, una experiencia

Se trata del taller San José Obrero que funciona en la UCSF. Esta semana se exponen las obras y artesanías realizadas. Personas que sufrieron la inundación fueron los asistentes a los cursos. También se trabajó con la Pastoral Carcelaria.


En un aula de la Universidad Católica de Santa Fe pudo verse esta semana una muestra de obras y artesanías que, desde su sencillez, perseguía profundos objetivos de integración. Lo que se expone son los trabajos realizados por alumnos del taller solidario San José Obrero, que coordina la UCSF y desde allí, Silvina Iturraspe de Rochetti.

Los asistentes al taller son personas de diferentes barrios de la ciudad que sufrieron la inundación y que pertenecen a diversas parroquias. Además, se trabajó en conjunto con la Pastoral Penitenciaria, e integrantes de la misma llevaron el taller a la cárcel de Las Flores, con lo cual también se han expuesto trabajos de personas privadas de la libertad. Esas artesanías: ceniceros, mates, íconos, un Niño Jesús, estuvieron en venta, para que ellos puedan obtener vales para utilizar en Las Flores.

El rescate del oficio


Silvina Iturraspe, que además de coordinar San José Obrero, es docente de bellas artes y arquitecta, comenta que "el nombre del taller tiene que ver con que acudimos a la humildad de San José, a identificarnos más con el oficio que con la idea del artista original o destacado, que a veces es soberbia".

"La exposición es muy sencilla -agregó-. Hace años que hacemos cosas, el curso con Guillermo Roux, talleres de formación con adolescentes de los colegios, este año le dimos otra forma. Comenzamos a trabajar a partir de la inundación, invitamos a la gente por parroquias, y una vez que se armó el grupito comenzamos a trabajar todos los martes, mañana y tarde".

Hubo una orientación artesanal y de capacitación laboral en la ejecución de diseños, moldes de yeso, copias en arcilla y cemento, y una orientación de dibujo.

"Lo más valioso de este año fue la participación de gente muy diversa, y de todas las edades a partir de los 18 años: durante la mañana funcionaban las clases de figura humana, con modelo vivo, donde también iba gente con más preparación en el dibujo, junto a personas muy humildes, era una cosa muy festiva en ese aspecto", destacó. "Aunque para ninguno era la primera vez que hacían una actividad de este tipo, los asistentes al taller tenían habilidades manuales y a su vez estudiaron diseños indígenas que luego aportaron en la cerámica realizada".

Arte sacro


En la exposición se muestra el trabajo logrado en el transcurso de un programa de desarrollo artístico: cerámicas, íconos de madera, etc. Entre otras cosas se hicieron algunos trabajos para restaurar piezas dañadas en las capillas inundadas, algunas obras de arte sacro y los primeros pasos en la investigación de las técnicas de restauración.

"El año que viene vamos a tratar de darle continuidad", explicó la coordinadora, "porque fue una experiencia muy cálida.