La droga llegaba al país procedente de Colombia, vía aérea, a través de "mulas" que arribaban al Aeropuerto Internacional de Ezeiza y desde la Argentina era trasladada a México por otras personas.
La intención de la banda era llevar la droga a la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
El modus operandi de la banda era el mismo en todos los casos: la droga era transportada escondida en ropas a las que se les ponía un doble forro, para lo cual se utilizaban "mulas", o sea, personas que trasladan estupefacientes.
Hasta ahora fueron detenidas en el país 18 de nacionalidad argentina y seis colombianas, mientras que otros cinco argentinos fueron arrestados en México.
La heroína era transportada en distintos viajes en los que se llevaban entre 6 y 32 kilos escondidos en las valijas.
La metodología utilizada era ocultar la sustancia en la entretela de la ropa, para dificultar su detección a través de las cámaras de rayos X de los aeropuertos.
Por ejemplo, los pantalones eran doblados perfectamente para que la droga coincidiera con los dobleces y se hiciera muy difícil detectarla.
Tras el descubrimiento del primer cargamento de 16 kilos de heroína y la detención -en el Aeropuerto de Ezeiza- del hombre que la transportaba, de nacionalidad colombiana, se sucedieron otros arrestos en los cuales se detectaron métodos de ocultamiento similares.
Cada decomiso de droga se fue haciendo por separado. La investigación se efectuaba en secreto mientras se iban relacionando los casos. Las escuchas telefónicas y filmaciones permitieron llegar hasta la célula que tenía su base de operaciones en Santa Fe.
Todas las detenciones se llevaron a cabo en la llegada de los vuelos y no en las salidas.
Según dijo el Director General de la Aduana, José Sbattella, en el marco de los procedimientos, iniciados en marzo de este año, se secuestraron en total cerca de 160 kilos de heroína valuados en 14 millones de dólares en el mercado mayorista y cuyo precio al por menor es cuatro veces mayor.
