Sucesos: SUCE-05 Tres policías presos por una muerte en diciembre de 2001
Son dos comisarios y un sargento rosarinos. Están acusados por el homicidio de Graciela Acosta, una militante social baleada durante un tumulto frente a un supermercado.


Rosario (C).- Dos comisarios y un suboficial fueron detenidos ayer e imputados por homicidio en la investigación de una de las muertes que se produjeron en el departamento Rosario durante la agitación de diciembre de 2001. Se trata de un sargento, que está acusado de ser el autor material del disparo que mató a una mujer de 35 años frente a un supermercado de Villa Gobernador Gálvez, y dos de sus jefes directos.

La novedad de las detenciones es impactante porque se opone al planteo de que las muertes de aquellas convulsionadas jornadas respondieron a enfrentamientos entre civiles y policías. Y comprueba, según fuentes judiciales, que la policía utilizó balas de plomo para la represión de tumultos donde había población civil.

Una pericia balística de Gendarmería Nacional que llegó a manos del juez Osvaldo Barbero precipitó las detenciones. Ese análisis técnico determina que la bala que mató a Graciela Acosta -una militante social de 35 años- frente a un supermercado, fue disparada por el arma calibre 9 milímetros que utiliza un sargento de apellido Quiroz. Este suboficial prestaba servicios en la comisaría 29° de Villa Gobernador Gálvez. Quedó preso acusado de ser el autor material de la muerte de la mujer.

El juez Barbero también ordenó la detención del entonces jefe de la comisaría 29°, comisario principal Julio José Abraham, y del jefe de la zona, comisario inspector Ignacio Siffredi. Fuentes judiciales indicaron que la jerarquía no permite la imputación penal directa por la responsabilidad. No obstante, el juez dispone de elementos como para fundamentar que hubo algún tipo de instrucción -canalizada y aplicada en el esquema vertical de la fuerza en base a la relación mando/obediencia- que terminó con el resultado fatal de la muerte de Acosta.

El 19 de diciembre de 2001, Graciela Acosta salió a buscar a uno de sus siete hijos hacia un supermercado donde unas 400 personas reclamaban alimentos, en San Martín al 2400 de V.G. Gálvez. La acompañaba Mónica Cabrera, una íntima amiga, que se convirtió en testigo principal del drama. En el lugar hubo corridas, se lanzaron gases lacrimógenos y hubo una descarga de itakazos con balas de goma. "Vi venir a tres policías; el del medio, con un bastón, y los otros dos, armados. Primero tiraron con una Itaka contra un tapial lleno de gente", le contó al juez. Relató que en ese momento la vio caer a Graciela. "Sacame algo que me quema la espalda", asegura que le dijo. Era una bala que le había atravesado el pecho. Murió seis horas después.

Ésa fue la bala que Gendarmería comparó con las armas de todos los policías que participaron del procedimiento. El resultado, según fuentes judiciales inequívoco, es que salió del arma B9-27941, la delegada al sargento Quiroz.