Camionero asesinado: la policía aún no encuentra a un sospechoso prófugo
Hay un detenido, procesado por su presunta vinculación con aquella muerte. A la víctima, le robaron la carga de 28.900 kilos de soja, y la vendieron en una cerealera de Barracas.

Noventa días después de que la Justicia ordenara la detención de un sospechoso de haber participado del asalto y muerte del camionero Hugo Aníbal Ferroglio -ocurrida el 21 de mayo en el distrito de San Fabián-, la policía aún no sabe cuál puede ser el paradero de este hombre.

Se trata de Joel Carlos Cerutti, quien habría actuado en complicidad con Osvaldo Daniel Riquelme, quien se encuentra detenido y fue procesado por el juez de Instrucción José Manuel García Porta por los delitos de privación ilegal de la libertad calificada por la violencia, robo y homicidio calificado por la existencia de concausa, en concurso real.

El 21 de mayo pasado, unos chicos que jugaban en un monte próximo a la ruta 11, en jurisdicción del distrito de San Fabián, encontraron al camionero Ferroglio ensangrentado, maniatado, amordazado y en agonía. Este hombre había partido desde San Justo con una carga de 28.900 kilos de soja. Ferroglio falleció, finalmente, el 25 de mayo en el hospital Cullen.

A las 7 de la mañana del 20 de mayo, el camionero detuvo su Dodge 800 junto a la ruta a la altura en la que vive el ahora procesado Riquelme. Allí comenzaron a dialogar junto al rodado, cuando pasó por el lugar otro camionero compañero de Ferroglio.

Este compañero, preocupado por la escena, se detuvo y le preguntó a Ferroglio si algo malo estaba pasando, pero la respuesta fue que todo estaba bien.

Ese mismo 20 de mayo, el camión de Ferroglio ingresó a la empresa Cerealera Del Grande, de Barracas, donde la carga completa fue vendida por un valor de 20 mil pesos. El rodado era conducido por el prófugo Joel Cerutti, quien estaba acompañado por otro hombre, de contextura grande, que terminó siendo reconocido como Osvaldo Riquelme.

La hipótesis más fuerte que maneja la Justicia es que la víctima había pactado con Riquelme y Cerutti vender la carga de soja en forma irregular pero, al ser visto por su compañero de trabajo junto a la ruta, se arrepintió de seguir adelante con el plan. Por este motivo -consideró el juez al procesar a Riquelme-, sus cómplices decidieron matarlo, robarle el camión y vender la carga.