Asumió Tabaré rodeado por la gente

Una multitud emocionada saludó a Tabaré Vázquez cuando éste apareció en el balcón del Palacio de la Independencia, investido ya como nuevo presidente uruguayo.. FOTO: AGENCIA AFP

Montevideo, tapizado de banderas, vibró con la llegada por primera vez de la izquierda al poder. Con una euforia que en Uruguay sólo despierta el fútbol, miles de personas invadieron las calles capitalinas para ovacionar al nuevo presidente. Tabaré firmó esta mañana convenios de migración y derechos humanos con Néstor Kirchner y acuerdos energéticos con Hugo Chávez.

Montevideo. - "Esto es el comienzo de una nueva realidad. La emoción es impresionante, me late demasiado fuerte el corazón", expresó Javier Garimbotti, de 60 años, que ayer festejaba junto a miles de uruguayos la asunción de Tabaré y que prometió hacerlo por una semana.

Tabaré Vázquez, cuyo gobierno rompe con 174 años de alternancia de los partidos tradicionales Blanco y Colorado en Uruguay, fue acompañado en su toma del poder por una multitud entusiasta que copó el centro de Montevideo y al grito de "el pueblo unido, jamás será vencido" se convirtió en protagonista central de su asunción presidencial.

Desde ayer, el socialista Tabaré Vázquez inició una nueva e histórica etapa en Uruguay con la promesa de convertirlo en un país "productivo" e "innovador" en sintonía con la tendencia de la región.

Vázquez juró en el Parlamento rodeado de senadores y diputados y de un millar de invitados extranjeros, entre ellos la mayoría de los presidentes de la región, en una ceremonia laica y republicana al estilo oriental en la que el jefe de Estado sólo promete lealtad a la Constitución.

Cumplido ese primer paso y para recibir los atributos del cargo de manos del presidente saliente, Jorge Batlle, Tabaré recorrió más de 20 cuadras hasta el Palacio de la Independencia, la sede del gobierno.

Hizo ese trayecto a bordo de una "cachila", un Ford T con el techo descubierto y su suegro como chofer, escoltado por el regimiento de Blandengues y un cinturón de sindicalistas de la central obrera PIT-CNT.

En todo el recorrido lo vivaban cientos de miles de personas con bandera nacionales y artiguistas desplegadas en las calles, mientras desde los edificios caía una lluvia de papelitos.

UN "BAÑO DE MULTITUDES"

El "baño de multitudes" en las avenidas del Libertador (Lavalleja) y 18 de Julio siguió a su discurso ante el Parlamento, donde aseguró que "quedó definitivamente atrás la época de los gobiernos amnésicos de la voluntad de sus mandantes".

Tabaré, el prestigioso oncólogo socialista de 64 años que sucedió en el liderazgo del Frente Amplio al ya fallecido general Líber Seregni, se distingue por su carácter moderado pero firme, según coinciden en señalar todos los analistas.

El nombre de Seregni también se hizo eco en las atiborradas calles, con el fondo de los típicos tambores uruguayos y de estrofas de murga que cantaban por alto parlantes "Pueblo, por tu esencia vive el hombre, si tu mano te responde no temas a la verdad".

El flamante presidente uruguayo, en tanto, en su discurso ante la Asamblea legislativa, advirtió que no tolerará injerencias extranjeras, repudió al terrorismo y reiteró su compromiso con la integración regional bajo la fórmula de "más y mejor Mercosur".

"Y ya lo ve, el presidente es Tabaré", coreaba la multitud en la calle, prolongando un festejo iniciado a medianoche cuando miles de personas, con preminencia de familias y jóvenes, se lanzaron a festejar el comienzo del "nuevo Uruguay" en avenidas, plazas y clubes de barrios periféricos de Montevideo donde la fuerza política del flamante jefe de Estado construyó su baluarte.

COMPROMISO CON LOS DESAPARECIDOS

Anoche, en un acto público en la escalinata del Palacio Legislativo ante una apretada multitud, el flamante presidente anunció las principales medidas de su gobierno y volvió a prometer investigar el destino de los desaparecidos al tiempo que dijo que reparará a las víctimas de la dictadura (1973-1985).

En tanto, la fiesta popular fue especialmente masiva en el barrio La Teja, del oeste de la capital y muy próximo al emblemático Cerro, un barriada obrera donde Tabaré Vázquez se crió, vivía hasta hace muy poco y aún mantiene su consultorio.

"El loco jugaba acá al fútbol mientras estudiaba medicina y, cuando se recibió y se convirtió en el octavo oncólogo del mundo, jamás dejó de estar. Tenemos confianza en que Uruguay va a hacer así", contaba invirtiendo la palma de la mano el parrillero del Club Social de Deportivo Arbolito, que el ahora presidente ayudó a fundar y presidió.

En ese lugar, la fiesta de bengalas se inició antenoche y se prolongó hasta la anoche, animada por el crédito local, la murga "Los curtidores de hongos", para que cientos de adolescentes y familias con chicos cantaran y bailaran.

CONVENIOS CON ARGENTINA Y VENEZUELA

Por otra parte, Tabaré Vázquez firmó esta mañana un acuerdo de migraciones y derechos humanos con el presidente argentino Néstor Kirchner, quien dijo incluye "el compromiso de que Argentina ayude a investigar qué pasó con compatriotas desaparecidos allá".

En el marco de un amistoso y distendido encuentro que se desarrolló en el histórico Palacio de Gobierno de Montevideo, el socialista Tabaré Vázquez saludó efusivamente a Kirchner, a quien le dijo: "Estás en tu casa".

En tanto, Kirchner le dijo al nuevo presidente uruguayo que se llevaba de Montevideo "una enorme alegría y fuertes emociones; tenés un gran pueblo, que lo hemos visto dispuesto a luchar por la justicia y la equidad".

Asimismo, rubricó con el mandatario de Venezuela, Hugo Chávez, acuerdos de cooperación, entre ellos uno petrolero, que supondrán el intercambio de productos venezolanos por servicios, alimentos e "inteligencia de uruguayos". (AFP-EFE-Télam/SNI-CMI).

Ovación para el presidente Kirchner

Los uruguayos no olvidaron el apoyo económico y el asueto que dio el gobierno argentino para que pudieran votar.

"Argentina, Argentina". El grito subió desde la colmada céntrica plaza Independencia cuando desde el balcón del primer piso del Palacio de la Independencia, ayer sede protocolar del gobierno, Néstor Kirchner, después del abrazo efusivo a Tabaré Vázquez en su interior, salió a saludar a los miles de uruguayos que lo aclamaban.

El trato deferencial que recibió el jefe de Estado argentino de parte del flamante presidente de Uruguay y de los miles de compatriotas que inundaron las principales calles de Montevideo, tuvo una razón fundamental: reconocerle la contribución que hizo (asueto y apoyo económico) para que el 31 de octubre pasado el candidato del Frente Amplio se convirtiera en el primer presidente no Colorado ni Blanco (los partidos tradicionales), sino de izquierda, en este país. Y esa contribución resultó clave: los uruguayos residentes en Argentina aportaron los votos necesarios como para superar el 50 por ciento que consagró a Tabaré (con 50,9) en primera vuelta.

Después del venezolano Hugo Chávez (la "estrella" por ausencia de Fidel Castro) y antes que el brasileño Luis Inacio Lula da Silva, Kirchner resultó el más vivado entre la larga decena de jefes de Estado que fueron testigos de un día histórico para Uruguay. Sabedor de ello, Kirchner había hecho antes una aparición fugaz, con expresión pícara, al asomarse por una de las ventanas y provocar el estallido de la multitud, mientras aguardaba junto con el resto de los invitados que Tabaré recorriera las 20 cuadras de las avenidas Libertador y 18 de Julio que lo separaban del Palacio Legislativo hasta llegar al Palacio de la Independencia, donde el saliente colorado Jorge Batlle le transfirió la banda presidencial. (CMI).

Uruguay cambia de rumbo

La llegada a la presidencia de Tabaré Vázquez pone a Uruguay en sintonía con los demás países de la región que, pese a estilos y énfasis diferentes, parecen coincidir en orientaciones políticas de centro a centro-centroizquierda.

La frecuencia común debería traducirse en lograr sacar al Mercosur de sus recurrentes crisis. Y en ese sentido, Tabaré puede convertirse en un aliado de Néstor Kirchner, y viceversa, a la hora de las negociaciones con el poderoso socio mayor Brasil.

El nuevo presidente uruguayo fue contundente en sus definiciones de política exterior. El Mercosur es una de las "prioridades" de su agenda exterior, aunque se encargó de puntualizar que hay que "ampliarlo, redimensionarlo y fortalecerlo". La definición puede traducirse en un apoyo a la idea de la Comunidad Sudamericana de Nacionales, como también a la necesidad de institucionalizar aún más al bloque.

Tampoco perdió el tiempo para adoptar otras decisiones de política externa como interna que había prometido la coalición de izquierda durante la campaña que culminó con el triunfo del 31 de octubre. Ni bien quedó convertido en presidente tras recibir la banda de Jorge Batlle, enmendó una decisión que el mandatario saliente había tomado hace tres años: la ruptura de relaciones con Cuba. Tabaré buscó así corregir el papel que Batlle había cumplido cuando propuso ante la ONU la condena de Cuba por supuestas violaciones de los derechos humanos, por inspiración de Estados Unidos.

Casi como un remedo de la política adoptada por Kirchner, Tabaré también anticipó en su discurso ante la Asamblea Legislativa que tendrá una "política activa" sobre derechos humanos. "A 20 años de restablecida la democracia, subsisten zonas oscuras que es necesario aclarar en el marco de la legislación vigente para restablecer la verdad y la paz y para que nunca más, nunca más -recalcó- vuelva a pasar". La definición abre paso a investigaciones judiciales para establecer la verdad sobre los detenidos-desaparecidos durante la pasada dictadura, que habían sido canceladas por la ley de Caducidad, una suerte de "punto final" a la oriental. Pese a que esa misma ley establece el derecho a la verdad.

SORPRESIVA DECISIÓN

Apenas estrenó la banda presidencial y acompañó a Batlle hasta la calle desde el Palacio de la Independencia, encabezó Tabaré la primera reunión del Consejo de Ministros, en la que adoptó una decisión sorpresiva hasta para los más informados, aunque de ello habló durante la campaña electoral. Dispuso abrir auditorías en todos los ministerios para determinar si hubo administraciones fraudulentas durante la gestión del colorado Batlle, no exenta de acusaciones de corrupción.

Por lo demás, Tabaré cumplió enseguida con otras promesas preelectorales. Puso en marcha el Panes, siglas del Programa de Atención Nacional de la Emergencia Social. Serán 110 millones de dólares al año para subsidiar a un tercio de los 3,5 millones de uruguayos que viven en la pobreza o en la indigencia ("hurgadores", como les llaman aquí a los cartoneros). A cambio, los beneficiarios tendrán que realizar alguna tarea de contraprestación social.

Otra medida es un proyecto de ley para otorgar a los uruguayos que residen en el exterior (dicen que son casi "otro medio Uruguay") el derecho al voto desde su lugar de residencia. "De ese modo -comentó jocoso un alto funcionario frenteamplista-, no necesitaremos más el apoyo de Kirchner para ganar las próximas elecciones". (CMI Contenidos).

Felicitación de EE.UU.

El gobierno de EE.UU. expresó su felicitación al nuevo presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, tras su investidura, y aseguró que el nuevo Ejecutivo "ha comenzado importantes tareas para hacer avanzar a Uruguay".

En declaraciones en su rueda de prensa diaria, el portavoz adjunto del Departamento de Estado, Adam Ereli, destacó la importancia de las relaciones bilaterales, "basadas en valores compartidos y un respeto mutuo".