José Luis Lingieri, uno de los co-titulares de la CGT, insistió hoy que la CGT no aceptará un acuerdo con los empresarios por los salarios que se ubique por debajo de la línea de pobreza, situada en alrededor de 750 pesos.

"Nosotros decimos que el piso mínimo en el que hoy tendría que estar la gente es la línea de pobreza, 745 o 750 pesos. Eso no quiere decir que sea un condicionante y que, de ahí para arriba, no se pueda discutir", explicó el dirigente.

En su mensaje a la Asamblea Legislativa, el presidente Néstor Kirchner condicionó ayer la eventual suba de los salarios al aumento de "las inversiones, el empleo y la productividad" y advirtió que sin estos requisitos "se abrirá una disputa estéril", por el reparto de la riqueza.

En diálogo con FM Milenium, Lingieri admitió que el salarial "es un tema muy delicado", ya que el desfasaje que arrastra desde 2002, cuando se produjo la devaluación, no podrá recuperarse "de golpe", sino que tendrá que ser "paulatino".

Al respecto, el sindicalista recordó que "si tenemos que, de 2001 a 2004, tomando que los precios minoristas estuvieron en el orden del 55 por ciento de incremento y los mayoristas en el 140, no podemos arrancar de un piso sin considerar, también, la recuperación de lo anterior, que no podrá ser de golpe, tendrá que ser paulatino".

"Hay empresas que a lo mejor, por su producción y su expansión, han podido recuperar en gran parte el poder adquisitivo perdido", indicó Lingieri, pero señaló que, en cambio, "hay otras que no".

Entre las que tienen mayores dificultades citó a las pymes, para las que, según dijo, deberán otorgarse facilidades tales como "fomentar el crédito, el tema fiscal, favorecer que pueda haber un blanqueo".

Sostuvo además que el establecimiento de un salario mínimo por encima de la línea de pobreza servirá "para el blanqueo del trabajo en negro", ya que obligará a "aquellos empresarios que hoy no estén dentro de ese parámetro vayan llevándolo al trabajo formal".