Crisis política en Ecuador
Multitudinaria marcha recorrió Guayaquil contra Lucio Gutiérrez
Las protestas que reclaman la renuncia del presidente Lucio Gutiérrez, que hasta ahora se habían limitado a Quito, se extendieron a otras regiones de Ecuador, en particular la influyente Guayaquil.

EFE

Una multitudinaria manifestación, encabezada por el alcalde de Guayaquil, Jaime Nebot, recorrió las calles de esta urbe porteña para protestar contra el gobierno y pedir la dimisión del jefe de Estado, Lucio Gutiérrez.

Miles de personas desfilaron por la céntrica avenida 9 de Octubre al grito de "íLucio fuera!", igual que en las masivas protestas que desde el miércoles pasado se han registrado en la capital del país.

El alcalde guayaquileño indicó que los manifestantes reclaman un régimen de autonomía para la jurisdicción, aunque recordó que los ciudadanos han expresado su deseo de que Gutiérrez dimita de la presidencia.

Monigotes de Gutiérrez y féretros hechos de cartón con lápidas que llevaban el nombre del gobernante, han dado colorido a la manifestación en Guayaquil.

Cientos de automovilistas se han sumado en caravana a la protestas, mientras que muchos de los manifestantes de a pie han afirmado que "la única manera de solucionar todo esto, es la renuncia de Lucio".

El presidente ecuatoriano está en el ojo de la tormenta desde diciembre pasado, cuando promovió una sesión del Congreso para reestructurar la Corte Suprema de Justicia.

Una mayoría parlamentaria afín al gobierno decidió el 8 de diciembre pasado destituir a los miembros de la Corte Suprema y nombró a nuevos jueces para que dirijan la judicatura.

La oposición política calificó de inconstitucional el cambio en la Justicia por considerar que se usaron métodos ilegales y se violó la independencia de la función judicial.

El amigo de Bucaram

La crisis aumentó de nivel cuando el pasado 21 de febrero el presidente del alto tribunal, Guillermo Castro, anuló los juicios de corrupción contra su amigo, el ex presidente Abdalá Bucaram, y facilitó su retorno al país, después de ocho años de exilio en Panamá.

Bucaram regresó a su Guayaquil natal el 2 de abril y fue recibido por miles de sus simpatizantes, aunque la oposición reaccionó indignada y empezó a protestar por las decisiones supuestamente ilegales de la Corte Suprema.

Los opositores organizaron protestas y forcejearon en el Congreso para reorganizar el alto tribunal, aunque las negociaciones en la Cámara fracasaron.

El gobierno, acosado por las protestas que empezaban a extenderse en la capital, abrió un espacio de diálogo que tampoco fructificó, lo que dio paso a una reacción del opositor alcalde de Quito, Paco Moncayo, que llamó a una protesta el pasado 13 de abril.

La protesta del Ayuntamiento fracasó, pero por la noche de ese mismo día se gestó un movimiento espontáneo de ciudadanos, que "autoconvocados" por medio de una emisora de radio, concentró a más de mil personas frente a la sede de la Corte Suprema.

El "cacerolazo", como se llamó a esa protesta, fue el origen de otras manifestaciones nocturnas en la capital.

El viernes pasado, unas 15.000 personas, convocadas por la emisora radio La Luna, realizaron protestas en al menos 20 barrios de la capital, en lo que denominaron "el reventón".

El "rollazo"

El día siguiente, en el "rollazo", la convocatoria adquirió una mayor magnitud, por lo que el presidente Gutiérrez anunció el estado de excepción y disolvió la Corte Suprema.

El estado de excepción, que duró 20 horas, no se sintió y las protestas aumentaron hasta forzar a Gutiérrez a suspender el estado de excepción el sábado pasado por la tarde, tras llegar a un acuerdo con el jefe del Parlamento, Omar Quintana, para confirmar la destitución de la Corte en la Cámara.

La noche del domingo, el Congreso por unanimidad decidió dejar sin efecto la reorganización de la Corte aprobada por la Cámara el 8 de diciembre, y en la práctica destituyó a sus miembros, sin confirmar la disolución presidencial ordenada el día anterior.

La decisión parlamentaria no logró bajar el tono de la protesta, que se extendió a Guayaquil, y que podría extenderse a otras ciudades, donde ya se han anunciado protestas para pedir la dimisión de Gutiérrez.

80 % en contra

El 80 % de los ecuatorianos quiere la renuncia del presidente del país, Lucio Gutiérrez, según los resultados de una encuesta difundida hoy. El sondeo fue realizado por la firma Monitor de la Opinión Nacional entre el sábado y el domingo pasados, en las provincias de Pichincha y Guayas, las dos más pobladas del país.

El informe de Monitor afirma que el 91 % de los 640 entrevistados calificó de "mala" o "pésima" la gestión del mandatario. El 82 % se mostró de acuerdo en calificarlo de "dictador", uno de los apelativos que los manifestantes y gran número de políticos han dado a Gutiérrez.

La gestión de Gutiérrez desagrada al 95,7 %, según la encuesta de Monitor, que además afirma que el 81,6 % está de acuerdo con las protestas contra su primer mandatario.

Radio La Luna, un símbolo opositor

Radio La Luna, una emisora de Quito que no tiene alcance nacional, se ha convertido en un símbolo de la oposición contra el presidente ecuatoriano, Lucio Gutiérrez, mediante el recurso de abrir sus micrófonos para que los ciudadanos expresen el descontento contra el gobierno.

El artífice de este fenómeno mediático es el comunicador Paco Velasco, director de la emisora desde 1995 y que se define a sí mismo como un independiente.

Velasco ha manifestado a través de la radio su descontento contra gobiernos anteriores, pero en especial con el ex coronel Lucio Gutiérrez, quien lleva 27 meses en el poder.

La crítica al gobierno ha sido sostenida en la privada Radio La Luna, pero en los últimos cinco días -desde el miércoles cuando Quito se paralizó en protesta contra el gobierno- su papel ha sido protagónico pues sus micrófonos se abrieron para que la gente diera su opinión contra el gobierno.

El gobierno mismo -a través del ministro de Comunicación, Iván Oña- reconoce que la influencia de La Luna ha sido decisiva para los cacerolazos que sacudieron Quito entre jueves y domingo.

Cuando el viernes se declaró un estado de emergencia para limitar los derechos ciudadanos, el grupo de La Luna temió que fueran a cerrar la emisora.

La emergencia se extendió por 19 horas sin que las autoridades aparecieran por allí, aunque Velasco denunció cortes parciales e interferencias.

Velasco atribuyó las interrupciones en la señal a un bombardeo electrónico, producido desde equipos de radiocomunicación para provocar interferencias, denunciando que sólo las Fuerzas Militares tienen la capacidad para hacer esto.

El domingo se presentaron más interrupciones -una de ellas de 45 minutos- lo que llevó a otras radioemisoras a solidarizarse.

"No sabes Gutiérrez cómo me has hecho famoso a mí y al pueblo de Quito", dijo Velasco al aire, mientras invitaba al mandatario a una entrevista. "El pueblo descubrió un poder oculto y gigante en los medios. Descubrió unas potencialidades que estaban desperdiciadas no sólo en este medio de comunicación", dice Velasco para explicar el éxito de la protesta a través de la radio.

Entre el miércoles y el domingo los más de 30 conductores de programas en La Luna iniciaron una vigilia para mantener abierta la línea de manera permanente y dejar escuchar el descontento popular. Y se encontraron con filas de personas que deseaban expresarse y que convocan a más gente a las protestas.