James Dean, el mito de Hollywood de cuya muerte con sólo 24 años se cumple medio siglo en septiembre, no era gay, en contra de lo que afirman algunos de sus biógrafos, asegura el también actor Dennis Hopper en un libro que acaba de publicarse.

Sus grandes amores érsula Andress y Pier Angeli: cuando ésta se casó con Vic Damone, Jimmy estuvo esperando fuera de la iglesia, bajo la lluvia, sentado en su moto, afirma Hopper en el libro "James Dean-Portrait of Cool", de Leith Adams y Keith Burns, del que publica un extracto el diario británico "The Independent".

Pier Angeli le había pedido a Dean que se casara con ella, y el actor le pidió que esperara a ver cómo iba su carrera, afirma Hopper.

Por su parte, érsula Andress conoció al actor John Derek y se dedicó a pasearlo durante el rodaje de "Gigante" después de que Jimmy se negara a casarse con ella tras aducir lo mismo que en el caso de Pier Angeli.

Hopper niega, por otro lado, que James Dean tuviera las tendencias suicidas que se le han atribuido, y recuerda que antes de su accidente de tráfico fatal en California le pusieron una multa por ir a 193 millas por hora en un automóvil que podía alcanzar las 290.

Iba sólo a 112 millas por hora cuando el 30 de septiembre de 1955 chocó en su Porsche Spider con un estudiante llamado Donald Churnipseed que se había saltado una señal de stop, recuerda Hopper.

Rolf, su mecánico alemán, que estaba sentado a su lado con el cinturón puesto sobrevivió y se convertiría luego en el jefe de mecánicos de Mercedes Benz, agrega.

Según Hopper, "Jimmy se mató. No creía en los cinturones de seguridad. Creía que era mejor ir libre".

Hopper recuerda, por otro lado, que a partir del día de su muerte Elizabeth Taylor comenzó a llegar tarde al rodaje, y cada vez se volvía histérica y había que darle calmantes.

Pasaron tres semanas antes de que Taylor pudiese completar la última escena de "Gigante".

Jimmy estaba, además, muy miope, recuerda Dennis Hopper, aunque creía que ello le ayudaba como actor porque tenía que imaginarse todo lo que ocurría delante de su persona.

Hopper describe a James Dean "como el actor y ser humano más intenso" que ha conocido en toda su vida, y agrega que provocaba amores u odios sin dejar a nadie indiferente.