Análisis
Oxigenar
Por Teresa Pandolfo

La relación entre Jorge Obeid y el ministro Roberto Rosúa es más que la vinculación entre un gobernador y un estrecho colaborador. Se trata de un nexo de extrema confianza con una persona de consulta permanente.

Pero es evidente que los últimos hechos ocurridos obligan al mandatario a un replanteo en cuanto al equipo del Ministerio de Gobierno y de quienes de ellos dependen.

Las prolongadas argumentaciones tanto sobre los posibles motivos que desembocaron en la masacre de Coronda -cuyas explicaciones no alcanzan para entender lo sucedido y por qué no pudo prevenirse- como la insubordinación de la Policía de Rosario, se constituyeron en focos muy fuertes que hasta llevaron a inferir que a Rosúa "le había estallado el ministerio". Se suma a ello la situación de Alejandro Rossi y, en otro orden de temas, el desencanto de los partidos políticos luego de la reunión con el subsecretario José Luis Benaglia por el tema de los padrones y la organización electoral.

Obeid no es un gobernante proclive al cambio de figuras en su gabinete. Sin embargo, viene percibiéndose la necesidad de oxigenar y fortalecer la cartera política para que pueda cumplir su cometido. Ayer, se confirmó la política seguida en materia de cárceles y no se comunicó nada respecto de renuncias. A pesar de ello, seguir ignorando que las cosas ocurren por algo y dejar que el tiempo las solucione, no conduce a las salidas esperadas.