Análisis
Palabras
Por Emerio Agretti

Todos evitan cuidadosamente el término "alianza". La negativa evocación que proyecta de manera automática es tal, que desde el mismo discurso se intenta evitar que la nueva articulación nazca bajo los auspicios de aquél fantasma.

Por supuesto, se postula que la diferencia vaya más allá del simple esfuerzo por buscar sinónimos que no lo parezcan. Los radicales plantean, incluso por escrito, la necesidad de una "propuesta programática", que exceda la coyuntura electoral y sea la base sobre la cual se definan candidaturas y la incorporación de otras fuerzas. A los socialistas les gusta hablar de un "frente a la uruguaya", otorgándole continuidad en el tiempo, organicidad y convirtiéndolo en un espacio para el debate permanente de ideas y propuestas, que genere una genuina alternativa de poder.

Así planteado, suena convincente. Pero a los artífices del acuerdo en curso no se les puede escapar que afirmaciones similares se utilizaban para contrarrestar las pullas de quienes definían a la Alianza UCR-Frepaso como una mera sumatoria inorgánica de partes, con propósitos electorales e inviabilidad de gestión.

La voluntad y la prudencia de las partes hace que estén dadas todas las condiciones -aprendizaje de errores pasados incluido- para que la mala experiencia no se repita y los altos propósitos enunciados tengan el cauce a que se aspira. Es lo que espera, y de lo que seguramente aguarda ser convencida, una sociedad refugiada en el escepticismo. Lo demás, son palabras.