Hallaron el arma del policía muerto

Hay varios detenidos por el asesinato del cabo Machuca

Allanamientos en Juventud del Norte permitieron capturas y secuestro de pruebas. Foto: Danilo Chiapello.. 

Esta mañana en barrio Juventud del Norte, donde vivía la víctima, fueron apresados varios sujetos jóvenes. Entre éstos se hallaría un individuo que no podría negar su vinculación con el crimen. La situación de otros detenidos no sería tan comprometida.

Por José Luis Pagés

El domingo al mediodía se tuvo noticia de la muerte del cabo Carlos Andrés Machuca. El cuerpo sin vida del suboficial que desempeñaba sus tareas en la Subcomisaría 3a. fue encontrado en el patio de una vivienda -Cafferata y Ayacucho-, lugar donde supuestamente buscó refugio, antes de ser fríamente ejecutado por la espalda.

El malogrado policía, padre de dos niños de corta edad, fue velado y sepultado en el cementerio municipal en las primeras horas de la tarde de ayer. La ceremonia se cumplió en medio del imaginable dolor de sus familiares y la generalizada indignación de sus camaradas.

La respuesta de la repartición no se haría esperar. Esta mañana los agentes de la Sección Homicidios, con apoyo del Grupo de Operaciones Especiales, desembarcaron en el barrio Juventud del Norte, y uno tras otro, en el marco de distintos allanamientos domiciliarios, arrestaron a varios sospechosos.

Revelador

Alrededor de las 10, en una de las inspecciones que fuera ordenada por la Justicia y supervisada por los jefes de la URI, fue capturado un individuo de unos 25 años de edad. El sujeto en cuestión se habría involucrado seriamente en el episodio criminal desde que tenía en su poder el arma arrebatada a Machuca, pistola reglamentaria que posiblemente fuera utilizada para darle muerte.

Machuca, quien alrededor de las tres de la mañana había cumplido su jornada de trabajo en la comisaría de Las Flores II, regresaba a su domicilio del barrio Juventud del Norte cuando le salieron al paso los que serían sus matadores.

Al parecer, el policía habría intentado escapar a la encerrona, y a la vez que repelía la agresión armada que había partido de los desconocidos, trató de escapar a la carrera. Esto permite explicar las huellas de los balazos que quedaron a lo largo de una cuadra y la circunstancia de que Machuca -quien llegaba del este- fuera a caer tres cuadras al oeste de su domicilio.

Ahora se puede ver que el o los asesinos no desconocían la condición de policía de Machuca, aun cuando habitualmente -por sus funciones específicas- el cabo vestía ropas civiles.

Lo conocían

Esto se puede deducir de las capturas de los sospechosos que en todos los casos se hicieron efectivas en distintas viviendas del mismo barrio donde el suboficial vivía junto a su grupo de familia.

Vale decir que quienes interceptaron a Machuca, quienes lo persiguieron y finalmente ejecutaron por la espalda mediante dos disparos a quemarropa, posiblemente estaban interesados en despojarlo del arma, o acaso buscaron vengar con su muerte algún traspié de sus andanzas delictivas.

La pistola hallada en la vivienda de uno de los detenidos esta mañana es sin lugar a dudas la robada al policía asesinado, ya que ésta conservaba su numeración intacta. Es decir que el número de serie hasta el momento no había sido limado, como suele ocurrir con las armas que van a parar a manos de la delincuencia.

El arma, prueba valiosa para la causa, desde que vincula directamente a uno de los detenidos con la muerte de Machuca, será examinada para establecer si, como se sospecha, de ella partieron los proyectiles que terminaron con la vida de la víctima.