Alejandro Galetto(Enviado especial a Buenos Aires)
Apenas 10 minutos después de concluido el cotejo por el tercer turno que sostuvieron Agustín Calleri y Juan Martín Del Potro el pasado jueves, y cuando todos los medios de prensa buscaban los testimonios de los tenistas, se pudo escuchar por los handies de los encargados de prensa y de seguridad del evento la noticia de que estaba llegando Diego Maradona al Buenos Aires, algo ya acostumbrado por parte del mejor futbolista de todos los tiempos cuando un evento tenístico de magnitudes importantes se lleva a cabo.
Y, en medio de un importante e improvisado operativo de seguridad, ingresó por la zona de los vestuarios de los jugadores, vistiendo un jean y una remera en tonalidades celestes, con un número 10 en la espalda, fumando un habano. Apenas los medios de prensa se acercaron a su figura, en una conferencia de prensa espontánea, Diego dejó en claro cuál era el leit motiv de su visita.
"Quiero que Willy Cañas sepa que estamos con él. Por eso vine hoy (por el jueves), para estar a su lado, nada más. Que pierda, que gane o que empate, no me importa. Yo lo vengo a apoyar. Lo importante es poder estar muy cerca y hacerle sentir que lo queremos porque nos dio mucho, porque representaba a Argentina con dos huevos enormes y por eso le tenemos que hacer sentir que es bien nuestro y lo seguirá siendo para todos nosotros", dijo el ex astro del balompié mundial, quien continúa cargando con un aura de magnetismo francamente inexplicable.
Respecto de todo lo descripto, ante semejante muestra de amor casi incondicional, Guillermo Cañas aseguró que "no es la primera vez que Diego tiene un gesto conmigo. O con un llamado por teléfono o con una visita, estuvo siempre en mis lesiones o en mis momentos malos. Le tengo un cariño muy grande y muy especial porque es una persona excelente. Aprovecho para agradecerle públicamente, pero ya se lo dije en el vestuario. Para mí, es un apoyo muy grande", expresó, emocionado.
Al ser consultado sobre sus sensaciones al volver a ingresar a una cancha de tenis con mucha gente a disputar partidos en serio, Guillermo las describió como "increíbles. Volver a entrar al Buenos Aires, con tanta gente y apoyándome es algo inolvidable. Le agradezco mucho al público porque fue muy emocionante". Por su parte, sobre el aspecto ligado meramente a su juego, el vencedor en el Masters Series de Toronto en 2002 destacó que "me sentí bastante bien, aunque es muy difícil estar en plenitud luego de siete meses sin jugar. Pero vengo entrenando bastante bien, aunque me faltaron algunos partidos más. Me sentí en un nivel competitivo y eso me pone contento. Todo esto me sirve para cargar baterías y seguir adelante", subrayó.
-¿Cómo estás trabajando?
-Estoy entrenando mucho, muchísimo. Este certamen para mí era una motivación especial. Quería llegar más lejos, no tanto por el torneo en sí, sino por querer sentir esa sensación de entrar día tras día a una cancha de tenis. Además, para volver a vibrar con esa emoción que me dio el público.