Semillas forrajeras con certificado de calidad
Es necesario transparentar la información para poder crecer
En 2005, el consumo de especies forrajeras llegó a 35 mil toneladas (12.400 leguminosas y 22.600 gramíneas). Intentan incrementar el área de producción de semillas forrajeras de calidad en nuestro país.

Durante el seminario organizado por el Instituto Nacional de Semillas (Inase), se hizo hincapié, entre otros temas, en las perspectivas del mercado interno y externo de semillas forrajeras. Sobre esta temática, la ingeniera Agrónoma, María Dubois, de la Cámara de Semilleristas brindó un amplio desarrollo.

-¿Cómo se puede definir el volumen del mercado de forrajeras?-Es muy difícil, porque no hay estadísticas nacionales y existe una necesidad de incluir la siembra anual de pasturas en el Censo Nacional Agropecuario. Por otra parte, la posibilidad de trabajar el tema con los Mercados Ganaderos de la SAGPyA, donde hay períodos de expansión y otros de reducción del orden del 100% y más; a la vez que hay una ausencia de información que genera excedentes y faltantes. Tres pilares son fundamentales: la semilla fiscalizada, la semilla importada y la semilla identificada. -¿En qué estado se encuentra cada uno de estos pilares?-En la actualidad, la fiscalizada cubre el 30% de la oferta del mercado local y requiere una necesidad urgente de mejorar el sistema con mayor control de lotes en producción, rindes declarados y reinscripción anual de perennes; la importada cubre otro 30% del mercado local (entre certificada y común), con una tendencia decreciente a partir de 2002. Finalmente, en la identificada, hay una imposibilidad de relevar la cantidad; aunque, existe una estimación global del 30% de la oferta y una perspectiva estable a creciente de acuerdo a la especie. -¿Cómo se caracteriza al mercado desde el punto de vista de la oferta y la demanda?-En cuanto a la oferta hay un desarrollo progresivo de un mercado varietal. Se registran seis especies con genética desarrollada y un mayor peso progresivo de cultivares locales. Sin embargo, en el mercado chico, se observa una incertidumbre de cara al futuro por la pérdida de control de la propiedad en autógamas, por el alto costo de marketing para posicionar variedades nuevas en el mercado y por la competencia de la semilla identificada a menor precio. Sin embargo, en la demanda cualitativa es difícil evaluar la mejora genética por multiplicidad de otros factores que inciden en la producción de carne o leche (más dependientes de los sistemas o procesos). Además, hay cambios en la demanda por corrimiento de las áreas ganaderas a lotes con menor aptitud (limitantes climáticas). -¿Cuál es la tendencia del mercado?-En un mercado de templadas estable hay desarrollos varietales con aptitudes específicas subtropicales en franca y explosiva expansión. Existe un mayor incidencia de la producción local versus la importación y una reconversión del mercado de semilla común (identificada) a certificada.

Apostar a la alfalfa

El Ing. Eduardo Echeverría, remarcó que la producción de semillas de alfalfa en áreas bajo riego "es un tema muy importante ya que la alfalfa es un recurso primordial en la zona lechera y ganadera". Sin embargo, "siempre dependimos de la importación de las semillas, las cuales, hoy son bastante caras y, por eso, tenemos que centralizar un poco más la producción en la Argentina". Para concretarlo, "adquieren importancia aquellas áreas que ecológicamente son mucho más aptas. Hay que producir en el país, obtener altos rendimientos y calidad de semillas, para lo cual, hay que trasladarse a zonas de muy bajas precipitaciones y donde exista un buen manejo del riego".

Los semilleros que estuvieron en este seminario destacaron que el Estado debe promover investigaciones por medio de técnicos del INTA, planes de capacitación e inversiones para lograr mayores rindes de producción de semillas forrajeras.

De esta forma, "una vez que la semilla argentina se consolide en términos de calidad y precio en los mercados internacionales y se revalorice el rol de multiplicador, se puede incrementar la producción de semillas forrajeras en un tercio de lo que se viene haciendo, lo que permitiría abastecer la totalidad del consumo nacional".

Por medio de estas acciones, se pretende profundizar los distintos ejes, basados en la necesidad de recomenzar la producción con una política que termine con los esfuerzos individuales y apuntale a los 250 multiplicadores para lograr obtener anualmente 30 mil toneladas, sin tener la necesidad de importar el 30% de otros países como EE.UU., Canadá, Australia, Brasil y Sudáfrica. Así, se pretende alcanzar niveles de óptimos rendimientos y también valores realmente rescatables en materia de producción y calidad de semilla forrajera.

Luis Ciucci[email protected]