El comienzo. Empezó a trabajar en un taller mecánico, por decisión propia, cuando tenía 14 años. Desde entonces conserva el gusto por los autos y el sueño de tener algún día su propio taller. Lejos de las ruedas y las tuercas, a los 16, entró por primera vez a la agencia de Juanita Bullrich. Recuerda que los castings se hacían a través de un video. "Para elegirte en un comercial, ibas, te filmaban, revelaban la película y después elegían; era un lío. En aquel momento tuve la fantasía de la agencia", cuenta.

Mientras tanto, trabajaba como modelo e incursionó en diversos negocios como restaurantes, fabricación de ropa y hasta venta de máquinas de coser. A los 29 comenzó como manager de modelos. Fue cuando inauguró Dotto Models.

Vocación."Después de 21 años y pico en este trabajo, está claro que nací para esto", afirma. Para Pancho, la agencia de modelos nunca fue negocio en la Argentina y sigue sin serlo, si se maneja como lo hace él. La formula no sólo pasa por encontrar la figura "estéticamente"; es necesario, además, crear un personaje, hay que contenerlo y saber venderlo. "Es un trabajo en conjunto. Hay personas que son buenas para comercializar; otras lo son para descubrir; otras, para contener; pero hacer todo me parece que es bastante difícil. Es algo que se me dio".

La receta del éxito. Pancho Dotto considera que este trabajo implica una buena dosis de suerte que, sin embargo, debe ir acompañada con trabajo y continuidad. "Lo que marca la diferencia son las ganas, el compromiso, la actitud hacia algunos sacrificios, la disciplina y el sentido común", sin dejar de lado el buen humor.

Lo difícil. "Lo más complicado es mantener la calma en función de que hay que conservar la serenidad de todas las modelos, del equipo de personas que trabajan conmigo todos los días y también de los clientes, que vienen con su ansiedad", confiesa el manager. Y agrega que, también, es muy difícil llevar adelante su trabajo en medio de la crisis, no sólo económica, sino principalmente moral por la que atraviesa el país desde hace muchos años. "La mujer joven, en general, pasa a ser como un trofeo. Por eso, hay que separar las modelos de Dotto Models de las de otras agencias y el trabajo del modelaje de otro tipo de trabajos. Esto es lo que básicamente queremos dejar claro todos los días. Lo más importante es hacer, no hay que contestar lo que dicen de uno o de las chicas", puntualiza.

Satisfacciones. "La satisfacción más grande que tengo es el hecho de haber descubierto a María Inés Rivero, a Valeria Mazza, a Bárbara Durand, Daniela Urzi, Carola Del Bianco, Dolores Barreiro, a Iván De Pineda, Mario Guerci y a Matías Camisani. Descubrir personas que pasaron de desconocidas a ser reconocidas a nivel nacional e internacional. Desde Valeria Mazza hasta Pampita han llegado a tener una fama que jamás soñaron y grandes posibilidades económicas. Cuando empecé a los 29 años con esta profesión, había perdido todo mi dinero en una financiera. Tuve que empezar de la nada. Por eso también hay una satisfacción a nivel personal".

Pancho creó su agencia de modelos hace 21 años, pero se considera adicto al trabajo desde sus comienzos, cuando aún era adolescente. La disciplina, el compromiso y el sentido común figuran entre sus prioridades a la hora de manejar su empresa y su vida.

Curriculum: desde mecánico hasta manager de modelos, con escalas en un restaurante y hasta una fábrica de ropa.

Un deseo: "Que toda mi gente esté feliz. Cuando uno dice `toda mi gente', en principio habla de la agencia; pero, en realidad, a mí me gustaría tener un país más justo, que podamos tratarnos con más solidaridad, sin esperar nada de ningún tipo de gobierno".

Una pasión: "Me gustan los autos. De vez en cuando, tengo la suerte de encontrar uno que había buscado mucho; lo compro y lo restauro. También disfruto de las carreras".