"California" es la última novela que llega a estas orillas de Eduardo Mendicutti, uno de los más interesantes escritores españoles contemporáneos, autor de una obra seductora, poblada de humor, erotismo y testimonio de la vida menuda contemporánea, sobre todo de ambientes gays. Entre sus novelas más recomendables citaremos a "Los novios búlgaros" y "Yo no tengo la culpa de haber nacido tan sexy", publicadas por Tusquets.
"En julio del 74, Franco estaba empezando a morirse en Madrid y yo me paseaba con Frank Sinatra por Hollywood Boulevard". Así comienza "California", y así se presenta el narrador de la historia. Se trata de Charly, un español de 25 años que trata de gozar el glamour estadounidense como gigoló de veteranas celebridades y participando en filmaciones porno. Sus confesiones tienen el tono de ésta: "Se volvió de cintura para arriba hacia mí, como si estuviera escayolada desde el ombligo, con los ojos entrecerrados y el hociquito apretado y prominente, reclamándome el beso. La besé. Yo era muy bueno besando sin que se me notaran las náuseas".
Años después Charly es ya Carlos, vive en Madrid, tiene un puesto importante y una pareja estable. Una injusticia que está por cometerse contra un empleado de su empresa lo enfrenta a ese "momento o en que te la juegas, o eres un mamarracho", o como explica Carlos, lo que importa es lo que se juega cuando una tiene realmente algo que perder. "Un chico joven hará sus locuras, se divertirá todo lo que pueda, despreciará oportunidades, pero, en el fondo, perder, lo que se dice perder, por lo general pierde muy poco. Pasa el tiempo, sienta cabeza, y ya difícilmente se juega lo que tiene".
"Aquí, California es, como dice el narrador en algún momento, un estado de ánimo, y sobre esa geografía emocional los mapas sólo son fieles a los recuerdos, con sus desórdenes y veleidades, y los personajes pertenecen exclusivamente a un censo sentimental", aclara en un nota el autor.
