Alerta en Santiago del Estero
Denuncian intimidaciones a campesinos
Desde las ONG que trabajan en la provincia denuncian la persecución y el avasallamiento de los pobladores nativos a cargo de productores y del estado provincial. Reclaman la inmediata normalización legal de la propiedad de la tierra.

Por Federico Aguer

En declaraciones vertidas en el ciclo radial Campolitoral en el aire, por LT9, el veterinario Eduardo Schierloh denunció irregularidades en el ámbito rural en la provincia de Santiago del Estero. Según sus dichos, "se les quita la tierra, se les alambra, muy cerca cada vez más los espacios en donde viven. Si bien no se los echa se tienen que ir, porque les queda muy poca superficie para vivir", sostuvo.

Para el veterinario, éste es un problema a nivel provincial. "Pero ocurre un poco más en los departamentos Copo, Pellegrini, Giménez, Alberdi, Aguadas y Sarmiento, en localidades en donde trabajamos nosotros con nuestra ONG Incupo (Instituto de Cultura Popular), pero es una realidad de toda la provincia", denunció.

"Esto tiene poca difusión, y es bueno advertir a empresarios de Santa Fe y Córdoba que están invirtiendo en esta provincia, que antes de hacerlo se asesoren bien, porque a veces compran de buena fe y van allá, en donde ya hay gente viviendo desde hace tres y hasta cuatro generaciones en esos lugares, aunque no tiene los papeles, porque el gobierno nunca se ocupó de clarificar ese tema, entonces se topan con esa novedad y se sienten estafados", agregó.

"Luego tratan de vendérselo a otros o reaccionan de mala manera. Tenemos un caso de un empresario tucumano que a fuerza de armas quiso quitar a dos personas sus posesiones. Entre 120 campesinos que trabajan junto con nosotros en una organización llamada Unión de Pequeños Productores del Norte fuimos hacia allí para tratar de hacer valer los derechos de esta gente y fuimos corridos a los tiros. Después nos enteramos que era gente contratada para hacer este trabajo".

Una cuestión de papeles

Para el veterinario, en Santiago se están violando los derechos humanos. "En esta provincia abundan los casos de gente que no tiene el título de propiedad de sus tierras, porque lamentablemente no ha habido una medida política, cosa que estamos gestionando con el gobierno provincial para que se empiece a tomar medidas. Esto no es cuestión de dinero, sino de una decisión política para regularizar la situación de la gente. A partir de allí podremos clarificar cómo es la situación de la tierra en Santiago del Estero, provincia que hoy resulta apetecible para los negocios del sector agropecuario por los precios bajos.

"He visto en las inmobiliarias propagandas muy lindas que a veces contrasta con la realidad que no tiene nada que ver, por lo que es importante que quien quiera invertir debe averiguar las condiciones legales de la misma.

Tengamos en cuenta que si corremos a los pobladores nativos de estos lugares, esta gente va a engrosar las villas miseria de las grandes ciudades y que después el gobierno se tiene que hacer cargo de ellos, abasteciéndolos con planes sociales", agregó.

"Hay una ley veinteañal en el Código Civil que permite a la gente acceder a la propiedad de la tierra luego de más de 20 años de vivir en determinado lugar, pero los trámites -un juicio de prescripción veinteañal-lleva un costo que esta gente no puede afrontar, y ése es un gran problema que por ahora no podemos solucionar".

El Gobierno plantea -por otro lado- que no va a permitir una situación de inseguridad jurídica. Dicen que puede haber usurpación de la tierra por parte de los campesinos. Incluso se los está deteniendo por presunto hurto de productos forestales, "algo ilógico, siendo que los productos son fruto de sus propias tierras. La gente va a hacer la denuncia a la policía y no se las toman. Las fuerzas de seguridad incluso controlan y vigilan la realización de estos alambrados, constituyendo un avasallamiento que a nosotros nos pone muy mal porque no sabemos a quién recurrir", argumentó Schierloh.

"Nosotros trabajamos mucho en el asesoramiento de las mejoras pecuarias y de la cultura de la gente, con la medicina natural, el rescate de las frutas del algarrobo y su transformación, el rescate de la semilla del maíz, y el fomento de lo que sea independiente del mercado, porque a ellos les resulta imposible acceder a la compra de semillas, por ejemplo. Para ellos, el dinero es un bien muy escaso".

Para el veterinario, hay prácticas culturales que peligran. La fabricación del charque, por ejemplo, constituye una práctica milenaria que -como tantas- "se van a perder en tanto y en cuanto no se tome una medida para resolver este conflicto. La cultura no se puede comprar de a kilos, y una vez que desaparece es para siempre. La gente es feliz en estos lugares, es su lugar en el mundo"analizó.

Cambio de vida

"Cuando me tocó llega a vivir allí, pude descubrir otro mundo. Y eso que yo no soy campesino, sino que soy un veterinario recibido en Esperanza, y he aprendido a valorar y a respetar un montón de cosas. Ellos también son -de alguna manera- técnicos o ingenieros, porque se las ingenian para vivir explotando al máximo los escasos recursos de los que disponen. Aquí no llueve durante seis meses, no tienen agua ni para beber y la que tienen está contaminada con arsénico, los caminos son muy malos, y cuando llueve se tornan intransitables, no tienen acceso a casi nada, y sin embargo ellos son felices en esos lugares".

Hemos hecho las respectivas denuncias en dependencias judiciales, pero me han armado una causa como incitante al hurto de productor forestales, y nos incautaron nuestra única computadora y nuestros materiales de trabajo. Acá no tenemos nada que esconder, pero estamos sufriendo una persecución ideológica digna de otros tiempos", finalizó.