La gripe aviar y la prevención necesaria

Desde que apareció el primer caso humano de gripe transmitida por las aves, en 1997, en Hong Kong, el mundo está alerta ante la posibilidad de que se produzca una pandemia de esta enfermedad que podría ser capaz de matar a millones de personas.

Parece exagerado y es difícil de entender, pero los especialistas insisten en que el virus H5N1, una cepa muy agresiva que provoca una mortandad devastadora entre las aves de corral, puede contagiar al hombre (como ya ha ocurrido) provocando una grave enfermedad y de hecho, ya se ha cobrado muchas vidas. Aunque no se transmite de persona a persona. Todavía, aclaran. Pero advierten que si por alguna mutación -algo bastante frecuente entre los virus- o por alguna recombinación con el virus de la influenza humana, éste fuera capaz de provocar contagios entre personas, las consecuencias serían catastróficas para la humanidad.

Es por eso que la llamada "gripe del pollo" sigue ocupando lugares destacados en los titulares noticiosos, especialmente en Europa, donde ya se han detectado casos, en varios países, de la temible cepa H5N1 en aves silvestres migratorias, generalmente provenientes de Asia, el continente donde se produjeron los primeros focos.

En virtud de esa situación, esta semana, la Unión Europea decretó el estado de "alerta elevada", adoptando medidas de sacrificio de aves de corral, si se detecta la gripe aviaria en una granja, y estableciendo "zonas tapón" para aislar la enfermedad, que ya dejó unos 90 muertos a nivel mundial desde 2003, especialmente en Asia.

En estos días, la enfermedad también hizo su aparición en Africa, donde se ha identificado en Nigeria y en Egipto, y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha expresado su preocupación por las devastadoras consecuencias que puede ocasionar una probable epidemia de gripe aviar en países de ese continente, donde se registran elevados índices de desnutrición entre la población humana.

En tanto que, esta semana, se conoció un estudio australiano que predice una catástrofe mundial ante una eventual pandemia de la enfermedad. En el peor de los casos, dice el informe, habría 142 millones de muertos y se producirían pérdidas económicas por 4.400 millones de dólares. Según previsiones más optimistas, 1,4 millones de personas morirían y el costo económico mundial sería cercano a 330.000 millones de dólares.

Hasta ahora, el continente americano se mantiene al margen de la epidemia, pero dada la potencial peligrosidad del virus, los países de la región harían bien en intensificar los niveles de alerta temprana, para poder responder con rapidez ante cualquier eventual caso sospechoso.

Según explican los especialistas, el problema para las personas se presenta sobre todo cuando la mortal cepa ataca a los criaderos de aves de corral y en esos casos, el peligro existiría para los individuos que están en contacto directo con esas aves, ya que el virus se transmite por vía aérea. Sin embargo, aclaran, no se produce contagio mediante el consumo de carnes ni de huevos. No obstante, pese a estas salvedades, la psicosis ya se ha desatado, especialmente en Europa, donde el consumo de esos productos ya ha bajado sensiblemente y los productores ven trastabillar sus negocios, aun cuando todavía ningún criadero ha sido afectado.

Por eso resulta indispensable, junto a las medidas de alerta y prevención necesarias, disponer también de una adecuada campaña informativa para evitar el pánico y las pérdidas injustificadas que esto puede acarrear.