Regresa la violencia a Timor Oriental

Nuevos enfrentamientos esporádicos entre bandas enemigas se desataron esta mañana en la capital timorense Dili donde Australia advirtió que una renuncia por la fuerza del primer ministro Mari Alkatiri, como exigen los rebeldes, podría empeorar la situación.

Como sucedió en días anteriores, los enfrentamientos cesaron con al arribo de la fuerza de intervención extranjera, unos 2.250 militares y policías de varios países bajo el mando de un comandante australiano.

La fuerza internacional confiscó armas de fuego y bombas lacrimógenas y llevó adelante una requisa casa por casa en el sector de las escaramuzas.

Los hechos no dejaron ningún herido, aunque fuentes hospitalarias locales dijeron haber atendido a 15 personas desde el viernes a causa de la violencia en las calles.

Por otra parte, el canciller australiano, Alexander Downer, que viajó al país para mediar en la crisis, advirtió sobre una renuncia forzada del primer ministro de Timor Oriental Mari Alkatiri, y consideró que ello podría generar mayor inestabilidad.

Remover a Alkatiri sólo podría empeorar la actual situación, opinó el ministro australiano.

"Es importante recordar que el partido del primer ministro, Fretilin, tiene una clara mayoría en el Parlamento. Si me viera forzado a renunciar, especialmente por fuerzas extranjeras, mi percepción es que eso podría desestabilizar aún más el país".

Al conflicto étnico entre un grupo de militares rebeldes y un sector fiel al gobierno de Dili se sumaron los enfrentamientos esporádicos en la capital entre bandas rivales de jóvenes del este y el oeste del país.

Esta violencia dejó 25 muertos, cifra que no aumentó desde el domingo pasado, con la llegada al país de la fuerza de militares extranjeros.

Australia aporta unos 1.300 soldados a la fuerza internacional desplegada para controlar la situación en el país.

AFP