Dos socios habían comenzado con la empresa en un taller de reparación de vehículos

Sola y Brusa cumplió 45 años haciendo acoplados y semirremolques en Franck

La planta actual Sola y Brusa está sobre la ruta 6, sobre el extremo norte de Franck, desde 1977. Antes, se ubicaba más en el centro de ese pueblo. Foto: El Litoral. 

Lideró el mercado nacional por 4 años y hoy sigue en los primeros puestos. Emplea a 120 personas y hace entre 40 y 42 unidades por mes. Festejó el sábado 20 de mayo su aniversario con un fenómeno de sobredemanda.

Franck es un pueblo estratégicamente ubicado en la ruta 6, a mitad de camino entre la 19 y la 70, sostenido por 2 grandes industrias: una láctea (Milkaut) y otra relacionada con el transporte (Sola y Brusa).

Al norte del pueblo, yendo hacia Esperanza, aparece imponente el galpón de esta última empresa, que emplea a 120 personas y que fabrica entre 40 y 42 acoplados y semirremolques por mes.

El sábado 20 de mayo cumplió 45 años. Sin estridencias, lo celebró trabajando a full, ya que atraviesa por un fenómeno de sobredemanda, a tal punto que todo pedido actual debe soportar hasta 12 meses de demora en la entrega, algo que se viene suscitando desde hace un año.

Por 4 años consecutivos, desde 2000 a 2003, Sola y Brusa lideró el mercado nacional de patentamientos de acoplados y semirremolques de la Argentina y actualmente sigue ocupando los primeros 5 lugares en un sector sumamente competitivo y poblado de empresas.

El transporte está viviendo un momento muy positivo, ya que se está dando un fenómeno que hasta ahora no se había presentado: el productor, que ya tiene resuelto su parque de maquinaria agrícola, ahora se vuelca a tener el equipo de transporte propio.

Este fenómeno había sido advertido el año pasado por el contador José Luis Castelarín, de Las Parejas, cuando aconsejaba a varias fábricas de sembradoras diversificarse ante la evidente saturación de ese mercado y la necesidad de incursionar en lo que se venía: el transporte.

En efecto, el transporte aprovecha hoy un fuerte recambio de unidades que se está produciendo desde el campo.

45 años atrás

Sola y Brusa nació en 1961, cuando Vilmo Sola y Domingo Brusa reparaban autos en el centro de Franck.

Tras una cosecha exitosa, en la que se juntaron con unos "11 mil pesos de los fuertes", ambos empiezan a incursionar en la fabricación de acoplados para el campo, porque una industria cercana les ofreció hacer una decena de unidades que ya estaban vendidas.

En 1977, la firma se mudó hacia el norte de Franck, a unos terrenos más grandes y "hoy ya nos están quedando chicos", al decir de uno de los fundadores, "Mingo" Brusa.

En la actualidad, la dirección de la empresa ya no está en manos de los socios fundadores, pero ellos todavía van a recorrerla. El Ing. Pablo Sola está a cargo de la producción y un yerno de Brusa, el CPN Raúl Braida, está en la administración. Ambos llevan las riendas de la firma.

Luis Moro, que se ocupa de las Relaciones Públicas de la empresa, cuenta que "hoy tenemos 120 empleados, pero llegamos a tener 145".

Sola y Brusa fabrica hoy acoplados y semirremolques con una línea muy amplia de opciones. No hacen tanques ni furgones, sólo produce el buggy. Gonella hace los tanques y Metalúrgica Franck los furgones.

La empresa no tiene entre sus planes incorporar estos productos y diversificarse, "ya que sería dejar de hacer algunas de las cosas que uno viene haciendo desde hace años", según Moro.

Acomodándose con los años

A lo largo de la historia, se dejó de hacer la línea de rurales, que fue con la que se empezó en 1961, ya que las tolvas y tolvas autodescargables no se fabrican más por un problema de costos con los pequeños talleres que no están correctamente inscriptos.

"Los primeros años, para Sola y Brusa, fueron únicamente de producción de acoplados de carga para las actividades rurales. Después se empezaron a hacer reparaciones de camioneros que estaban de paso en la ruta y así se terminó con los acoplados y semirremolques", dicen hoy.

La empresa, como toda la industria metalúrgica de la provincia y el país, ha atravesado momentos muy complicados financieramente.

"La máxima crisis fue entre 2000 y 2001. No se cerró la empresa, no se despidió gente", recuerda Moro. "Los empleados trabajaban mediodía y cobraban todo el día pero el que tenía posibilidades de hacer otro trabajo, salía y lo hacía".

Ahora, sin embargo, las caras son otras. Y también es otro el ruido a trabajo que hay en esa empresa que es un verdadero orgullo de Franck y la provincia.

Sola y Brusa

ya tiene vendida su producción de hasta casi febrero de 2007. Está en la situación exacta en que podría pegar un salto. "A lo mejor, para tanta venta, hay que hacer otro turno. Pero no hay gente especializada, no hay soldadores... Y destinar gente para enseñarles 3 meses no se puede. Para hacer 2 turnos, se necesita incorporar por lo menos 50 personas. Y no es tan fácil".

Martín Scandol