Artes Visuales
Nilda Marsili:Dibujos/ Pinturas/ Objetos

"El Universo de Kriptonita y su amada tía Dainé" es el título que engloba a la exhibición de Dibujos, Pinturas y Objetos que la plástica Nilda Marsili ha inaugurado y permanece en exposición en las Salas del Museo Municipal de Artes Visuales "Sor Josefa Díaz y Clucellas" de Santa Fe.

La modesta tarjeta que oficia de presentación a la muestra nos hace saber que este emprendimiento singular de Marsili se acompaña con fotografías de Silvina Helbling y un video cuyas autoras son Silvina Helbling y Candela Grazioli.

La autora desafía a los espectadores a través de sus trabajos, con los cuales hilvana una historia que enlaza las sucesivas instancias témporo-espaciales de la misma con textos en los que especifica cada situación a la vista, sean éstas dibujos, pinturas u objetos. Este relato alternativo responde a una idea de trasfondo explicativo-didactizante que facilite el diálogo altamente subjetivado de la propuesta. Dadas de este modo las cosas, la cuestión plástica se balancea ora hacia una hermética proposición, ora a la ambigüedad de sentido sin cristalizar en perfiles nítidos, atando así lo que se ve a aquello que se dice que es.

La multiplicidad de caminos expresivos y proposiciones de requerimiento interpretativo torna un tanto espinosa la apreciación individual y de conjunto de la exposición en sí misma.

Nilda Marsili ha dado muestras una y otra vez de una actitud de comprometida exploración de los territorios propios de los lenguajes de la visión, buscando concretar un camino para decir-se y sentar presencia en este ámbito con latido propio. En esta oportunidad, en su visión cuasi "holística" se perciben grietas irresueltas o de confrontación entre sentido y obra realizada sin solución de continuidad.Sabido es que evadirse de los marcos convencionales del arte plástico es, cuanto menos, un imperativo de aquellos que se atreven a escrutar "el otro lado de las cosas" con los riesgos que el desafío presupone. Construir un modo propio para articular el lugar y el tiempo desde un lenguaje expresivo es distintivo de artistas que asumen la responsabilidad de ser en sí mismos, proponiendo interrogantes visuales superadores de "lo ya visto" convencional y ramplón, en suma, del ornamento de "living room".La autora desafía a los visitantes, obligándolos a detenerse y repreguntarse una y otra vez. Los asomos explicativos de las situaciones no dejan de tener sus costados de riesgo, en tanto inducen a quien mira a guarecerse bajo el prejuicio del "no entiendo", finalizando por ocluir el punto nodal del arte que se sostiene en "yo siento" como el punto del viaje que implican las vivencias estéticas.Las informaciones y los breves relatos adosados a las piezas obedecen a necesidades explicativas de la autora acerca de aquello que se ve; y, de este modo, pareciera intuir que lo exhibido requiere de textos adjuntos para articularse con la historia total.La oscilación entre figuración y abstracción, entre la geometría sensible y el objeto encontrado y reelaborado para devenir "otro" flotan en esta proposición plástica abarcativa, que dispersa la precisión por burilar la obra en sí. La secuencia narrativa marca la andadura de las respuestas icónicas en cada caso. El esfuerzo conceptual y material va desde algunos excelentes dibujos a puro trazo de tinta y papel a curiosidades, como algún collage con botones. Unos buenos dibujos expuestos a manera de tríptico explicitan el dominio que Nilda Marsili tiene incorporado como discurso de expresión. Éstos contrastan de manera tajante con primitivistas y sofisticados objetos musicales que resultan ajenos a los trabajos en el plano.Recoger las redes para calar en profundidad las intenciones expresivas pareciera ser, a juicio de quien esto escribe, el paso a andar por una artista que cuenta en sí misma con un interesante potencial creativo y de trabajo. El hermetismo por sí mismo no es necesariamente una virtud de elegidos; muchas veces, es un escollo a superar, sobre todo para quienes asumen el coraje moral de recortar y testimoniar creativamente el tiempo y el espacio que les toca vivir, equidistando de lo obstruso tanto como el "cromo del almanaque".

Domingo Sahda