HISTORIA DE VIDA
Adoptado hace 30 años, busca reencontrar a sus familiares
Se llama Sergio Gustavo Torres Ostrov, tiene 36 años y vive en Berazategui, Buenos Aires. Nació en Santa Fe, pero su madre lo abandonó. Vivió en Casa Cuna hasta que fue adoptado, en 1975. Ahora busca datos sobre sus hermanas.

En 1975 Sergio Sánchez tenía cuatro años y vivía en Casa Cuna. El 24 de abril de ese año fue dado en adopción al matrimonio formado por Miguel Antonio Sixto Torres y Sofía Mirtha Ostrov.

Hoy tiene 36 años, vive en Berazategui (Buenos Aires) y es papá de dos nenas: Natalia y Sophía.

"Necesito reencontrarme con mis hermanas", afirma en diálogo con El Litoral. Sabe que fue abandonado por su mamá biológica y tiene muy pocos recuerdos de su infancia. "Pero creo que la naturaleza del hombre es volver a sus raíces", fundamenta.

Dice que esta parte de su historia "es un vacío por llenar. No sé qué les podría preguntar a mis hermanas, porque son más chicas y seguramente no recuerdan nada. Pero quisiera saber cómo les fue en la vida y si alguna vez pensaron en conocerme, o en ponerse en contacto entre ellas".

Sergio no recuerda el nombre de su madre, no sabe absolutamente nada de su padre y supone que una de sus hermanas podría llamarse "Sandra". Tampoco está seguro de si todos son hijos de un mismo padre.

Haciendo un esfuerzo por despertar imágenes de sus primeros años de vida, Sergio cuenta que de muy chiquito trabajaba con un botellero. "Me acuerdo que vivía en una casilla de chapa, en lo que fue el barrio La Gran China, al este de General Paz", afirma.

SIN SECRETOS

La mamá adoptiva falleció hace trece años, pero dejó una carta. Allí, después de narrar las experiencias que debió atravesar hasta lograr su objetivo, cuenta: "Cuando terminó el papel, la asistente social me dijo: `Bueno señora, desde ahora es madre...'. Sentí que se me aflojaban las piernas y que era increíble que de la noche a la mañana tuviésemos un hijo".

Un papel amarillento con los bordes carcomidos por el paso del tiempo, es el testimonio de que la familia adoptiva nunca le ocultó a Sergio su identidad. De hecho, la carta está fechada el 25 de abril de 1975. El certificado de adopción tiene sello del 24 de abril del mismo año.

"La adaptación no fue fácil, pero aprendimos de a tres", cuenta. Tres décadas después, intenta caminar en sentido inverso y encontrar indicios que lo ayuden a conocer algo más sobre su vida.