El anda por Villa California mientras ella sigue internada
Esta libre el hombre que encerraba a su mujer y la dejaba abandonada

 Candado y cadena para la mujer, mientras el hombre, en plan de nuevas conquistas, a menudo olvidaba regresar a su casa. Foto: Danilo Chiapello. 

El martes una comisión policial liberó del encierro a una vecina de Villa California y en la Comisaría de Rincón se iniciaron actuaciones por abandono de persona. La situación preocupa a los vecinos.

José Luis Pagés

Juan Ramón, el vecino de Villa California que salía a trabajar y a menudo no regresaba a la casa donde olvidaba a su compañera -veinte años mayor-, encerrada bajo dos vueltas de llave, está en libertad. Ella, en cambio, permanece internada en el mismo centro médico al que ingresó el martes con una cuadro de deshidratación y la mente obnubilada.

La novedad nos fue referida esta mañana por vecinos de Esther, es decir, por algunas de las personas que denunciaron el estado de abandono y privación de la libertad que la mujer padecía mientras su compañero, El Chileno Juan Ramón, disponía de la propiedad y los dinerillos de la viuda de un marino mercante.

Nadie tiene reproches para Esther, antigua pobladora del paraje costero, pero al Chileno Juan Ramón -el mismo que ayer volvió a la casa-, atribuyen algunos un pasado oscuro y recuerdan las veces que -armado-, amenazó a los vecinos en medio de frecuentes borracheras.

En su casa de Callejón Laborie y Los Naranjos los agentes de la Comisaría 14a. (Rincón), rescataron del encierro a la viuda del marino el último martes, entonces ella presentaba un preocupante cuadro de salud.

Como informamos en nuestra edición de ayer la mujer, de 68 años de edad, fue liberada del encierro en el que era mantenida por su compañero, El Chileno Juan Ramón, un changarín 20 años menor que ella.

Entonces, médico, fotógrafo y peritos de la Unidad Regional I acompañaron a la comisión de la Comisaría 14a. (San José del Rincón) como también lo hizo una asistente social del Ministerio de Salud.

En la humilde vivienda del paraje costero los funcionarios no sólo podrían corroborar que una mujer permanecía encerrada y abandonada, sino que -dado el crítico cuadro que presentaba-, debieron actuar rápidamente para ponerla en manos de los médicos.

En los primeros momentos se pudo interpretar que el trato que El Chileno dedicaba a la pobre Esther tenía explicación en sus celos enfermizos, pero nada hay de eso, tampoco es razonable imaginar que por esos medios - como el encierro-, el hombre intentara preservar la seguridad de quien últimamente atravesaba un estado de confusión mental.

Ocurre que El Chileno ya no tenía bastante con ser el apoderado de Esther y ahora estaba entre sus planes disfrutar de una nueva pensión y ampliar sus dominios en un barrio residencial donde cualquier terreno vale un ojo de cara.

Precisamente, uno de nuestros entrevistados sostuvo que en la edición de ayer incurrimos en un grueso error cuando dijimos que Juan Ramón salía a trabajar poniendo en su tarea tanto empeño que a veces olvida volver a su casa.

"El Chileno -observó el lector-, salía en plan de conquista y, si últimamente demoraba más de la cuenta, era porque visitaba a otra mujer mayor, la interesante viuda de un militar que es dueña de una casa y otros bienes en los alrededores ".