Más de 90 muertos en enfrentamientos contra talibanes

AFP

Violentos enfrentamientos entre grupos de talibanes y tropas afganas e internacionales causaron este fin de semana más de 90 muertos, 75 de ellos rebeldes, en Afganistán, donde las tropas estadounidenses perdieron a cuatro hombres y las fuerzas afganas a una docena.

Las fuerzas de seguridad afganas, apoyadas por las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se enfrentaron durante varias horas, en la noche del sábado al domingo con decenas de talibanes en la provincia de Kandahar, en el sur del país, informaron fuentes locales y de la OTAN.

Los rebeldes atacaron la ciudad de Panjwayi, en el distrito del mismo nombre, donde se encontraron con la resistencia afgana e internacional que los obligó a retirarse dejando en el campo de batalla más de 70 muertos.

"Puedo confirmar que murieron 71 talibanes", declaró a la AFP el gobernador del distrito, Niaz Mohammad Sarhadi, mientras que un policía confirmó la muerte de cuatro agentes afganos y la desaparición de otros tres.

El distrito de Panjwayi se halla a sólo 35 kilómetros al oeste de Kandahar, la principal ciudad del sur de Afganistán y feudo histórico de los talibanes.

Los enfrentamientos con las fuerzas gubernamentales son habituales en esta zona, donde desde la reactivación de la rebelión talibán, a finales de 2005, han muerto cientos de rebeldes.

Pese a que las cifras demuestran la superioridad de las tropas de Kabul, la inseguridad reinante ha tenido un efecto desastroso sobre la población de la región.

"Llevaremos la seguridad a este lugar. Es una necesidad absoluta", prometió el comandante Toby Jackman, portavoz de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF) de la OTAN.

Estrategia

La ISAF -responsable desde el 31 de julio de las acciones militares de las tropas internacionales en el sur de Afganistán- propone una estrategia que mezcla las operaciones armadas con ayudas al desarrollo para los habitantes de la zona, que sufre la peor ola de violencia desde la caída del régimen ultra islamista de los estudiantes de teología (talibanes), a finales de 2001.

Pese a los 10.000 hombres de la ISAF en la parte meridional afgana -en su mayoría canadienses, británicos y holandeses- los rebeldes prosiguen con sus ataques, reclutando milicianos entre los habitantes de la zona y en Pakistán.

El ataque del sábado fue obra de entre 100 y 150 "insurgentes" -término que la OTAN usa para designar tanto a los talibanes como a los traficantes de droga-, que atacaron a una patrulla del ejército afgano en la provincia de Oruzgan, cercana a Kandahar.

En ese ataque murió un militar estadounidense, otro afgano y otros tres norteamericanos resultaron heridos.

Mientras tanto, en el este de Afganistán -bajo el control de la coalición liderada por Estados Unidos- la violencia sigue siendo también endémica.

El sábado, tres militares estadounidenses murieron tras el estallido de una bomba artesanal contra su patrulla, que posteriormente entabló "violentos combates" con "un grupo de extremistas talibanes".

El oeste de Afganistán es más tranquilo pero no exento de violencia, como demuestra un ataque llevado a cabo el sábado por un grupo de talibanes que costó la vida a seis policías afganos y a cuatro rebeldes.