Hubo 16 muertos y más de 240 heridos
Una conmemoración chiíta en Bagdad termina siendo un baño de sangre
Hombres armados dispararon contra una multitud de peregrinos. El año pasado, en la misma celebración, una estampida había provocado la muerte de alrededor de mil personas.

AFP/EFE

Una conmemoración religiosa chiíta en Bagdad se tiñó este domingo de sangre cuando hombres armados dispararon contra una muchedumbre de peregrinos, matando a 16 e hiriendo a más de 240, un año después de que una estampida humana provocase en la misma celebración unas 1.000 víctimas.

Durante toda la mañana se oyeron explosiones y disparos de armas de fuego en la capital iraquí, por cuyas calles desfilaron cientos de miles de chiítas que se dirigían al mausoleo del imán Musa Al Kazim, cuya muerte en martirio, hace 12 siglos, es celebrada anualmente con una importante peregrinación en Bagdad.

Los peregrinos fueron víctimas "de ataques terroristas perpetrados por los takfiris (nombre que reciben los extremistas sunitas)", señaló el ministerio de Sanidad al dar cuenta de la muerte de 16 peregrinos en varios ataques, que también causaron más de 240 muertos.

Las imponentes medidas de seguridad puestas en marcha en los últimos días en Bagdad en previsión de la afluencia de los fieles chiítas no lograron impedir los ataques que, según fuentes ministeriales citadas por la televisión pública iraquí, Al Iraqiya, se produjeron en los barrios de Al Fadhel, Al Haifa y Al Salej, del centro de la capital.

"Hubo algunos disparos contra civiles en Rusafa (este de Bagdad) pero la situación está bajo control", declaró Qassem Al Mussawi, jefe del centro de operaciones de la oficina del primer ministro iraquí.

También se registraron disparos en el barrio de Al Jilani. La marcha tuvo que ser desviada sin que ello impidiese nuevos disparos contra la muchedumbre cuando ésta llegó a la altura de un cementerio sunita. Los tiros causaron la muerte de un policía, según afirmaron varios agentes presentes en el lugar.

Otra parte de la marea de peregrinos estaba protegida por las milicias armadas del Ejército del Mehdi del clérigo radical Moqtada Al Sadr.

Los ataques obligaron a recordar la tragedia ocurrida durante la peregrinación de 2005, cuando murieron 965 peregrinos al desencadenarse una estampida en uno de los puentes que conducen al mausoleo cuando se desataron rumores de que había kamikazes entre la multitud.

Lo ocurrido y la amenaza de ataques, sin embargo, no impidió la afluencia a Bagdad de cientos de miles de hombres, mujeres y niños con banderas verdes, amarillas y naranjas y coranes en sus manos. La mayoría de las mujeres iban vestidas con el tradicional hábito negro chiíta.

Las fuerzas iraquíes y estadounidenses aumentaron las ya grandes medidas de seguridad en la capital iraquí para proteger a los peregrinos, que se espera que alcancen el millón de personas.

Cientos de kilómetros

La mayor parte de ellos llegaron durante la pasada semana a la ciudad tras haber recorrido cientos de kilómetros descalzos, según la tradición, y haber desafiado así la ola de asesinatos y ataques cruzados entre chiítas y sunitas que sufre todo Irak.

Militares y habitantes de Bagdad ofrecían a los peregrinos agua y alimentos a los peregrinos en su camino hacia el mausoleo, erigido en conmemoración del séptimo de los doce imanes de la confesión chiíta en la orilla oeste del Tigris, una zona de mayoría sunita.

El jefe de la policía nacional iraquí, el general Adnan Thabit, declaró a la AFP que los peregrinos tienen limitados sus movimientos por sólo dos carreteras estrechamente vigiladas a lo largo del río.

Asimismo, toda circulación de vehículos está prohibida en el centro de Bagdad desde el viernes por la noche y hasta que la manifestación chiíta termine, este domingo por la noche.

Sólo dos puentes que unen el este de la ciudad, mayoritariamente chiíta, con el oeste, sunita en su mayoría, permanecen abiertos, agregó Thabit.

El primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, advirtió por su parte el sábado que aquéllos que usen las mezquitas para incitar a la violencia sectaria serán perseguidos como si se tratase de terroristas, sean de la confesión que sean.

"Pedimos a todos los iraquíes que observen las instrucciones de las fuerzas de seguridad para que el aniversario se celebre pacíficamente y suponga una derrota para los terroristas", dijo.

La situación en Bagdad se hizo más tensa desde principios de 2006, con ataques y atentados diarios contra los civiles chiítas, mientras que escuadrones de la muerte de esta confesión asesinan a sunitas, la etnia minoritaria en Irak.