LENGUA VIVA
La ortografía: ¿es todavía importante?

Lic. Evangelina Simón (*)

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Hace años que vivimos con preocupación la invasión de errores ortográficos tanto en el ámbito educativo como fuera de él. Sabemos que todo sistema de lengua tiene dos niveles de representación: "oral", en el que interviene la articulación, entonación y audición, y el "escrito" en el que lo gno-viso-motor tiene fundamental importancia. El niño llega a la escuela sabiendo hablar su lengua materna, pero será en el sistema educativo adonde se enfrentará a la máxima formalización de su aprendizaje a través de la lectoescritura.

Tengamos claro que la "letra" no es un simple dibujo más o menos legible, sino que representa a un elemento fónico muy importante del sistema. Estamos ingresando en el ámbito de la ortografía, a la que, tradicionalmente, se la consideró una parte de la gramática, la cual se encargaba de enseñarnos a escribir correctamente. Es un ámbito complejo que nos hará reflexionar sobre las posibles confusiones en las que podremos caer al tratar de desentrañar el sentido que se esconde entre la combinatoria grafémica y la puntuación. Comprendamos que, desde el significado, no es lo mismo decir: "tuvo" que "tubo", "roza" que "rosa", "paso" que "pasó", "ola" que "hola". Una coma (,) es capaz de cambiar significados o sembrar ambigüedades o incoherencias, al igual que un acento (ï). Si un hablante aspira a ser `culto' deberá ser competente en este ámbito lingüístico.

El docente de lengua se siente impotente y solo frente a esta problemática que, a no dudarlo, requiere un espacio propio con respecto a la clase tradicional, en el que con sus alumnos pueda establecer un fecundo juego ortográfico plagado de asociaciones, comparaciones y avances semánticos y morfológicos. Será importante el apoyo que reciba de sus directivos y agentes políticos de la educación.

Ante lo expuesto, la pregunta se impone: ¿qué ha pasado en los procesos cognitivos de esta área de conocimiento?: a) ¿han incidido propuestas metodológicas, tal vez, mal interpretadas, de tal suerte que nos han hecho olvidar la importancia de trabajar con nuestros pequeños alumnos en el desarrollo de correctos hábitos grafémicos y de puntuación? o, b) ¿tal vez, consideramos razonables los comentarios jocosos de algunas figuras con autoridad cultural, que, si bien no se trata de lingüistas, nos obnubilan con el maravilloso uso que ostentan del instrumento verbal y su incidencia en organismos tan importantes como la Real Academia Española? o, c) ¿quizás, la tecnología es nuestro timón en el razonamiento, llegando a pensar qué sentido tiene este aprendizaje ortográfico si la "computadora" nos ofrece la respuesta de su uso correcto?

No nos dejemos hamacar por este mundo globalizante que se proyecta en el conocimiento, desconociendo las identidades que tan importantes son para el sentido de pertenencia del ser humano. Cuando aprendemos una lengua, lo que estamos haciendo ayudados por la gramática y el léxico es aprender a pensar en esa lengua....

Reconozcamos a la ortografía como parte de esa totalidad que constituye el objeto de estudio de la ciencia lingüística, como un patrimonio cultural, nuestro patrimonio, al que tenemos la obligación de cuidar. En ella están enmarañados siglos de evolución, de historia, de cultura, de ciencia, de filosofía, de ideologías y observaciones empíricas.

A esta altura, sorprendida ante mí misma, me detengo, reflexiono, dudo y me pregunto: pero..., la "ortografía" ¿será, realmente, importante?

*) Docente de Lingüística y Psicolingüística (UNR y UCSF), investigadora. Autora, entre otros, de los libros "De la oralidad a la escritura", "Cómo enseñar sintaxis" y "Comprender e interpretar".