Proponen consumo moderado y responsable
El alcohol incide en la deserción escolar
El Dr. Camilo Verruno explicó que los jóvenes agregan bebidas estimulantes a las alcohólicas, que tienen 40 miligramos de cafeína, el doble de lo permitido. Foto: Flavio Raina. 

Según un especialista de Buenos Aires, los jóvenes que abusan del consumo de alcohol son los que pierden el interés de un proyecto vital y dejan la escuela. También planteó que muchos se inician en el consumo de ésta y otras sustancias (incluso las ilegales) a edad temprana y por curiosidad, asociándolas con la diversión, y desconocen sus consecuencias.

Mariana Rivera

"Qué ganas de no verte nunca más, qué ganas de no verte nunca más" cantaba a viva voz en una publicidad un taxista desafinado, mientras iba llevando a sus pasajeros a la madrugada, de vuelta del boliche. El fastidio de quienes debían escuchar aquella vieja canción desentonada -indicaba el comercial- valía si la intención era evitar graves consecuencias si aquéllos habían consumido alcohol.

"Si tomás no conduzcas" también reza un conocido slogan que pretende disminuir las estadísticas de los numerosos accidentes de tránsito que ocurren -en especial los fines de semana- como consecuencia del abuso de alcohol entre los jóvenes.

"Jóvenes adolescentes: alcohol, drogas, consecuencias" fue el tema sobre el que ofreció recientemente una conferencia en nuestra ciudad el Dr. Camilo Verruno, médico psiquiatra, integrante de la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia de la Nación, y docente de la Universidad de Buenos Aires.

Según su experiencia -tras haberse desempeñado en la Sedronar, secretaría de prevención de las adicciones del gobierno nacional-, se está ante un avance epidémico del abuso del alcohol y de otras drogas que, si bien no es uniforme, cada vez está adquiriendo más consumidores. Pero lo que más le preocupa es que la población en general -especialmente los padres, los maestros, los jóvenes, el trabajador o el profesional que no está en el tema- quizás no le están dando la importancia necesaria.

No advierten -insistió- que hay mucha gente que prueba y deja, pero hay otra que prueba y comienza a abusar de las sustancias legales (alcohol, tranquilizantes, cafeína, pegamentos, entre otros) que ya están incorporadas a la sociedad, al ser fabricadas, producidas, distribuidas y consumidas por los canales normales. Pero también -aseguró- están las sustancias ilícitas, cuyo consumo está aumentando por la facilidad de su disponibilidad actual.

Deserción escolar

El mensaje central que dejó en su conferencia -organizada por Fundación Renacer con la colaboración de la Defensoría del Pueblo de la provincia, el Foro Generacional de Santa Fe y la Asociación Voluntades Solidarias Jóvenes- fue que la consecuencia más grave del alcoholismo para los adolescentes es la deserción escolar.

"Pierden interés en el estudio, empiezan a repetir de año, tienen problemas de conducta y se alejan de la escuela. En Argentina tenemos más de un millón de alumnos separados de la enseñanza formal, donde el uso y abuso de alcohol, tabaco y otras sustancias tiene mucho que ver. También incide la violencia familiar, que a veces es causa de consumo de drogas pero otras, su consecuencia", aseguró.

Pero también -continuó- pierden su rumbo de vida y su interés por el deporte, terminan de perder los pocos valores que tienen y, a pesar de que consolidan vínculos con sus padres, les toman bronca aunque no saben bien por qué, quizás porque los adultos no supieron comunicarse bien con sus hijos.

El Dr. Verruno aseveró que "muchos chicos asocian diversión sólo con alcohol, consumiendo primero en una casa, luego en el quiosco y después en el boliche. En este último agregan bebidas estimulantes que tienen 40 miligramos de cafeína, el doble de lo permitido por el Código Nacional de Cafeína para las bebidas".

Prohibiciones justificadas

Obviamente, esto trae nuevas consecuencias, aseguró el especialista: manejan alcoholizados y ocasionan accidentes de tránsito; se dan situaciones de violencia (los chicos se pelean dentro o al salir del boliche y no saben por qué); o no se cuidan en sus relaciones sexuales y las chicas quedan embarazadas.

Por eso, opinó que "las prohibiciones no son porque sí: en Estados Unidos y los países anglosajones -a diferencia de lo que ocurre en nuestro país, que sólo los mayores de 18 años pueden consumir alcohol- se prohíbe tomar bebidas alcohólicas a menores de 21 años, ya que recién a esa edad desarrollan el sistema oxidativo, tienen el sistema neuronal completo, se les cierran las diáfisis de los huesos y el sistema de desintoxicación por oxidación del alcohol está desarrollado, ya que necesitan la inducción de las hormonas sexuales".

Además, explicó que si las adolescentes están embarazadas no pueden tomar alcohol en los tres primeros meses con seguridad y hasta el octavo mes tampoco, porque una sola dosis de alcohol excesivo pasa a través de la barrera hematoplacentaria y puede producir malformaciones craneofaciales en sus bebés.

Diversión química

La Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) cuenta con estadísticas nacionales sobre el consumo de alcohol en estudiantes del Nivel Polimodal, del año pasado.

Advierten que cerca del 80% de los chicos de 17 ó 18 años ha probado alcohol una vez en su vida, mientras que algunos ya tienen habitualidad en el consumo de alcohol los fines de semana, que une a las bebidas estimulantes (mal llamadas energizantes, aclaró Verruno), y ya están probando cocaína o en años anteriores, marihuana.

Al respecto, el Dr. Verruno mencionó que "muchos son sólo probadores pero otros adquirieron el hábito y esto pasa en gran parte porque los chicos esperan de la diversión algo más, ya que durante la semana están sometidos a las tensiones de estudio, las cuestiones de rendimiento, lo que es necesario y útil en la sociedad, pero el fin de semana consideran que todo está permitido".

Y continuó: "Van a varios boliches, a las bebidas alcohólicas les agregan las estimulantes para seguir y hacer una maratón, los chicos y las chicas van por lados diferentes y no se produce el encuentro humano para poder estar juntos, bailar y conversar sin mediadores químicos. A esto llamamos la diversión química y los chicos buscan esto".

Psicofármaco y depresión

Por eso, el profesional sugirió que "los chicos tienen que saber que cuando toman una bebida alcohólica se meten dentro del cuerpo un psicofármaco, que les va a traer depresión ya que no es estimulante, como se cree. La primera fase es estimulante y desinhibidor pero la segunda es depresora de distintas capas de la corteza cerebral, los núcleos centrales y los núcleos automáticos del cuarto ventrículo. Por eso, los chicos después están vomitando, tirados en el piso, en pre-coma alcohólico, algunas de las consecuencias inmediatas del alcohol".

Y también dejó un reproche a los padres: "Muchos no les dan importancia y eso es muy grave. Si los chicos se emborracharon, mi pregunta como padre sería: por qué lo hicieron, para buscar problemas. Lo que tienen que hacer es divertirse, escuchar música, bailar, hablar entre ellos. Sí se puede tomar alguna bebida alcohólica para acompañar pero no hacer de la reunión la ingestión excesiva de alcohol".

Aseguró que -afortunadamente- el alcoholismo como síndrome terminal no se puede encontrar en jóvenes o en niños de clase media y media baja, aunque tampoco en las clases altas porque éstos están cubiertos por una dieta proteica y los alcoholes de ingestión son de buena calidad, en general.

Pero los chicos de las clases carecientes -advirtió- pueden hacer un cuadro de hepatitis alcohólica, por ejemplo, y por acumulación, al cabo de unos años, hacer uno de alcoholismo dependencia. De todas maneras, no hay alcoholismo dependencia a los 17 años sino en mayores de 30 años, que repercute y enferma a órganos irreversiblemente al aparecer cirrosis hepática, lesión cerebral, pancreatopatía. Por estos motivos, esos pacientes mueren a los 32 ó 33 años de un alcoholismo crónico.

No abstinencia

Por último, el Dr. Camilo Verruno aseguró que "ningún programa en el mundo promueve la abstinencia del consumo de alcohol en la población sino el uso moderado y responsable, a través de un beber inteligente. Los que venden alcohol deben hacerse responsables de las campañas de prevención".

En este sentido, mencionó que la Cámara Argentina de Destiladores Licoristas lanzó un programa en este sentido, en el que participarán docentes y directores de escuelas públicas y, si se obtienen buenos resultados, se va a replicar la experiencia en otras escuelas.

"Es una buena iniciativa de los productores de alcohol, los que se hacen responsables de los daños que éste produce. También está la campaña organizada por Quilmes, empresa que tenía miedo que le bajara el consumo (lo que no ocurrió) pero les insistimos en que es conveniente un bebedor moderado", opinó.

Por último, Verruno remarcó que "tenemos un problema gravísimo en la asistencia de pacientes con abuso de sustancias porque no alcanzan los lugares públicos ni las ONGs. El gobierno hace muchas cosas pero otras las tiene que dejar hacer. Si la prevención en las escuelas no las puede hacer porque no alcanza debe dejar que ayuden las ONGs sin fines de lucro -que debe estar integrada por persona con un sueldo, de manera que no trabajen voluntariamente porque así no sirve- y empiecen a hacer una tarea sistematizada".

Legislación ausente

El Dr. Camilo Verruno planteó que "en el tema del alcohol, nuestro país todavía tiene sin reglamentar la ley que fue promulgada en 1997, que -entre otros aspectos- obliga la atención de las personas que tienen esta adicción por parte de las obras sociales, a hacer prevención en colegios, universidades, fábricas, a hacer alcoholemias a todo el municipio".

Se trata -aseguró- de una serie de responsabilidades que tiene el Estado que parece haber olvidado, pero -si no está reglamentada- es una ley renga, por lo que no es escuchada ni cumplida por parte de la población.

Consultado en relación a la legislación vigente respecto del consumo de drogas en general, opinó que "las leyes no tienen que ser duras ni blandas sino firmes y nosotros estamos inventando cosas que no ayudan a los consumos tóxicos. En varios países, el tema de las drogas pasa por el de la seguridad nacional, ya que los chicos delinquen (no es que son delincuentes), se hacen delincuentes por la necesidad de consumir drogas. Para procurarse una entrada para conseguir sustancias roban las joyas a la madre o abuela, los utensilios de la casa, la receta al médico y la bicicleta al cura".

Por otra parte, mencionó que "la Argentina en estos momentos está viviendo una crisis de valores debilitantes muy grande y la sociedad está revuelta en ese tipo de valores. Se están releyendo códigos de procedimiento que son absolutamente inversos a lo que están marcando y se está hablando de despenalizar las drogas, bajar las penas a los que consumen (tema que debe analizar un foro de profesionales durante mucho tiempo y no que sea determinado por un grupo de juristas), reducir las penas de los traficantes".

Si esto sigue así -sentenció- vamos a tener una patria de narcotraficantes, de consumidores estimulados por estas leyes, una legalización que va a ser que haya dos toneladas de marihuana circulando libremente por estar legalizada. Las leyes no las hacen los juristas solos sino con un cuerpo especializado.

Y concluyó: "Parecería que hay una voluntad política gubernamental para no tener en cuenta este tema de las drogas. Desde el momento en que se le encomienda a un grupo de personalidades reestructurar el Código Penal estamos diciendo que el Estado no quiere penalizar y castigar sino que va a dejar hacer".

Currículum

El Dr. Camilo Verruno disertó el pasado 13 de septiembre en el auditorio de la Bolsa de Comercio de Santa Fe. Al día siguiente, participó de jornadas preventivas, organizadas por Fundación Renacer, que se desarrollaron en dos escuelas líderes en prevención, educación y promoción de la salud: la Escuela de Educación Polimodal Particular Autorizada N° 3.107 Dra. Sara Faisal y la Escuela Particular Incorporada N° 8.224 Nuestra Señora de Lourdes.

El disertante es Doctor en Medicina de la Universidad de Buenos Aires, especialista en Psiquiatría, médico legista y especialista en organización y administración hospitalaria.

Actualmente es asesor del Programa Federal de Niños y Adolescentes relacionados con el Uso Indebido de Drogas (Ministerio de Desarrollo Social, Secretaría del Menor, Adolescente y Familia). Entre 1987 y 2002 se desempeñó como director del Programa de Control del Uso Indebido del Alcohol (Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación); entre 2002 y 2003 fue director Nacional de Asistencia de las Adicciones (Sedronar, Presidencia de la Nación); entre 2003 y 2005 fue subsecretario de Planificación, Prevención y Asistencia de Sedronar.

Información básica

- El alcohol etílico o etanol es el producto de la fermentación de los hidratos de carbono que no se encuentra en estado natural sino que surge de un proceso de fermentación de cereales, frutas o raíces.

- El alcohol no es un alimento porque no ingresa energía ni masa al organismo sino calorías sin nutrientes, denominadas calorías vacías. Cada gramo de alcohol aporte 7,1 calorías vacías.

- Las causas para una alcoholización sin frontera son: prestigio del alcohol para festejos y eventos; insuficiencia legislativa internacional (las leyes se disuelven en el alcohol); gran diversidad de oferta (cerca de 2.000 bebidas diferentes); y bajo precio.

- Todos los órganos sufren el impacto del alcohol, en especial el sistema nervioso central, el periférico (polineuritis), y el hígado (hepatopatía), de distinta gravedad.

- Los programas internacionales hablan de consumo moderado y responsable de alcohol y no de abstinencia.

- Las drogas pueden ser clasificadas en: estimulantes (producen euforia, insomnio, actividad, vigilia, por ejemplo cafeína, anorexígenos, pseudoefedrina, legales; anfetaminas, cocaína, pasta base, ilegales); depresoras (producen tranquilidad y sueño, por ejemplo, tranquilizantes, hipnóticos, alcohol, analgésicos, barbitúricos, morfina, legales; heroína, opio y otros opioides, ilegales); y alucinógenos (producen euforia y alucinaciones, por ejemplo neopren, solventes, cola y pegamento, bencina como nafta y tolueno, legales; marihuana, LSD, peyote y psilosidina, ilegales).

Fuente: conferencia del Dr. Camilo Verruno