Cede la tensión social en Bolivia
En masiva marcha, Evo Morales defiende democracia en el país
La situación política se normaliza en Bolivia, tras la desarticulación de una huelga del transporte público y la apertura de negociaciones con los mineros, mientras el presidente Morales encabezó una defensa de la democracia en su país, amenazado por rumores de golpe de Estado.

AFP-EFE

El principal foco de protestas contra el gobierno -una huelga de choferes de 48 horas que debía iniciarse ayer- fue desarticulado en tiempo límite, de manera que las actividades recobraron normalidad en todo el país, a excepción del departamento sureño de Oruro, donde hay un paro por demandas regionales.

El entendimiento fue establecido tras 14 horas continuas de negociación y suscripto entre el gobierno y la Confederación de Choferes de Bolivia, que protesta por la intención del gobierno de legalizar miles de automóviles que fueron ingresados de contrabando desde Chile y Perú.>

El ministro de Hacienda, Luis Alberto Arce, confirmó la suscripción de un "acta de entendimiento" entre los sectores, que permite a los choferes intervenir en la redacción del reglamento de un decreto que autoriza la legalización de dichos vehículos.>

El acuerdo -que frena por 60 días ese proceso de legalización- podría abrir, no obstante, otro conflicto con los propietarios de los vehículos que fueron ingresados de contrabando por los puertos chilenos de Iquique y Arica y por la ciudad peruana de Tacna.>

Los mineros

En otro frente, la fuerte pugna entre mineros privados y asalariados, que se enfrentaron con armas la semana pasada con un saldo de 16 muertos y 61 heridos, también está momentáneamente controlada.

Una misión de alto nivel del gobierno abrió negociaciones por separado con ambos sectores y encontraron demandas comunes que podrían servir de base para un futuro entendimiento, según el viceministro de Coordinación con los Movimientos Sociales, Alfredo Rada.>

En la perspectiva de evitar nuevos enfrentamientos, el primer acuerdo con los mineros establece que el gobierno brindará asistencia económica a las familias de los muertos de ambos bandos y correrá con los gastos de curación de los heridos, algunos de los cuales podrían ser trasladados a Cuba, dependiendo de la gravedad de sus lesiones.>

Con un clima social más distendido, el presidente Morales encabezó una concentración en una plaza central de La Paz. Frente a indígenas y cocaleros, el grueso de su base electoral, además de movimientos sociales urbanos, Morales hizo una defensa de su gobierno, amenazado por una creciente oposición de derecha.>

"Este (proceso de) cambio en Bolivia no se para (...), esta revolución democrático-cultural, con Evo Morales o sin Evo Morales, va adelante. Nadie va a parar el cambio en Bolivia", afirmó ante miles de indígenas y miembros de fuerzas sociales urbanas.>

"Queremos, de verdad, refundar Bolivia con mujeres del campo y la ciudad, con profesionales, empresarios, indígenas", pero "no queremos someter ni subordinar a nadie, queremos igualdad", resaltó Morales en respuesta a la oposición, que lo acusa de discriminación.>

El gobernante llamó a los sindicatos que todavía enfrentan a su gobierno a percibir que "es hora de que todos seamos instrumentos de liberación y no de opresión".>

Desestabilización

Morales deploró también los fuertes vientos de desestabilización que corren desde la derecha del espectro político nacional, que atiza rumores de diversa índole, tales como la corrida bancaria, los planes de confiscación de la propiedad privada o un inminente golpe de Estado.

Esos rumores pretenden "simplemente amedrentar, asustar" porque "quisieran derrotarnos psicológicamente. Pero este acto es muestra de la unidad del pueblo, de la gente honesta dispuesta a recuperar los recursos naturales", señaló.>

El primer presidente indígena boliviano destacó la nacionalización de los hidrocarburos en mayo pasado y la instalación de una Asamblea Constituyente para redactar la nueva Constitución y "refundar" Bolivia como los principales logros de su gobierno.>

La convocatoria coincidió con los actos del Encuentro Continental de Pueblos y Nacionalidades Indígenas del AbyaYala (antiguo nombre que pueblos indígenas daban a América), que se celebra estos días en La Paz.>

"Nuestro hermano es", dicen indígenas

La yatiri (curandera) aymará Quilla Quenchalla tuvo que realizar un largo viaje desde los Andes bolivianos para participar en la masiva concentración de campesinos y trabajadores que apoyó al gobierno de Morales, quien los convocó para defender la democracia.

Con la esperanza de que el gobernante indígena regará de beneficios a la comarca de Jesús de Machaca, una tierra de sabios y curanderos aymarás del altiplano boliviano, la mujer de 60 años une sus voces a quienes vitorean a Morales, gracias a quien "rompimos el monopolio del

q'ara" (blanco pobre).

"Nuestro hermano es, por eso estoy aquí", dijo en precario castellano la india aymará, de rostro cobrizo, que dejó en su pueblo, enclavado a 3.800 metros de altitud, sus quehaceres de curandera, ama de casa y pastora.

Ahora está en esta concentración, donde miles de personas -en su mayoría, campesinos- vitorean a Evo Morales, jaqueado en los últimos días por manifestaciones de choferes y mineros, que llevaron al presidente a hablar de una conspiración.

En Jesús de Machaca, provincia Ingavi, de La Paz, o Q'ollasuyo, como ella prefiere llamarlo, se "producen 40 variedades de papa, quinua, cañahua y cebada y se crían vicuñas, alpacas, llamas y ovejas", al resumir la potencialidad de su pueblo, adonde apenas llega la energía eléctrica y no existe alcantarillado.

Quenchalla mueve de izquierda a derecha y de arriba abajo un pequeño bracero desde donde emana un aromático incienso para ahuyentar los malos espíritus, mientras cierra los ojos como en trance.

Y es que intenta darle buenas vibraciones al gobernante que, a unos metros, se apresta a pedir apoyo a su gobierno, jaqueado por una explosión de demandas sociales que le dejan poco margen para la gestión pública y una arremetida de la derecha que hace temer un desenlace fatal al cabo de 24 años de vida democrática ininterrumpida, tras dos décadas de regímenes militares.

"Debemos estar más unidos (porque) más gobiernos aymarás y quechuas debe haber" en América del Sur, señala la anciana aymará, mientras a su alrededor se agitan banderas tricolores bolivianas y whipalas, la enseña multicolor de los pueblos indígenas.